09/05/2012

Tucumán

Nuevos testigos afirman que escucharon a Rivero confesar el secuestro de Marita

Adelina y David Nieva ratificaron las acusaciones de su padre contra el ex cuñado de Rubén Ale. Denuncian que recibieron amenazas y ataques.

Dos testigos confirmaron este miércoles la versión que señala a Víctor Rivero como la persona que secuestró a María de los Ángeles Verón en el año 2002, delito por el cual es juzgado junto a otras 12 personas en el proceso que se sigue en nuestra provincia.

Se trata de Adelina Nieva Willics y David Nieva, quienes manifestaron haber escuchado al ex cuñado de Rubén Ale confesarle a su padre, Simón Nieva, el secuestro de Marita Verón, ratifcando la declaración que su progenitor realizó el martes ante el tribunal. 
 
"Fue antes de las fiestas. Habrá sido a la hora de la merienda, estábamos en la mesa con mis hermanos y de repente escucho una voz fuerte. Deducía que era el señor Rivero, el vecino. Lo corroboré cuando mi papá le dice buenas tardes señor Rivero. Estaba como enojado, al principio no escuché bien porque pasaban muchos autos, pero después le hizo la confesión"; dijo Adelina. 
 
Y continuó: "Quedé pasmada, petrificada, fría. Con mis hermanos nos levantamos y nos fuimos al patio. No pensaba escuchar esa versión tan desalmada, no se le puede hacer eso a una mujer. Quedé muy mal", dijo entre lágrimas la mujer. 
 
"Después a la noche mi papá nos reunió y nos contó lo que le había dicho Rivero", añadió. 
 
Al tiempo, empezó un hostigamiento contra su familia, dijo Nieva, del que hizo responsable a Rivero. "Recibíamos amenazas telefónicas, nos vendían por internet a mi hermana y a mí como prostitutas", aseguró. 
 
David Nieva repitió la misma versión, y agregó: "Mi padre me comentó q él lo había llevado a Rivero, a Yerba Buena, con una carga de droga".
 
Según trascendió, antes de llegar a Tribunales, Adelina tuvo que ir de urgencia al hospital –es paciente cardíaca e hipertensa–. Asegura haber sido amenazada por el concubino de la imputada María Jesús Rivero, el ex jugador de fútbol y empresario Roberto Dilascio. "Se escondió detrás de un pilar y me hizo este gesto –la testigo hizo el ademán de degüello–, y me dijo que declarara nomás, que la iba a pagar".
 
Tras ese episodio, la mujer se descompensó, y su familia presentó un certificado médico al tribunal. Luego fue revisada por un médico forense e insistió en declarar. 
 
Antes de iniciarla audiencia, el tribunal reunió a las partes y les pidió moderación en el interrogatorio. Sin embargo el defensor de los hermanos Rivero, Cergio Morfil, insistió en el tono agresivo o irónico de sus preguntas, aún cuando el martes había recibido un serio llamado de atención por parte de los jueces.
 
El juicio seguirá el jueves, a las 9.00, con una nueva ronda de testigos.



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