07/06/2012

Tucumán

Para que los niños lean, hay que aprender a escribir para ellos

Especialistas dictaron un taller sobre producción y circulación de buenos libros para chicos durante el PreMICA NOA. Por Emanuel Gall, de agencia Anita.

Entre el 31 de mayo y el 2 de junio se realizó en Tucumán el Pre Mica NOA, un encuentro donde se exhibieron producciones audiovisuales, de diseño, de artes escénicas, de música, video juegos y editoriales. En el Complejo Juan B. Terán, del Ente Cultural de Tucumán, miles de personas compartieron charlas, talleres, desfiles, exposiciones y conversaron en stands sobre el trabajo cultural que se desarrolla en todas las provincias de la región noroeste.

El Taller sobre Producción y circulación de buenos libros para chicos que se organizó en el marco del Pre Mica NOA estuvo a cargo de Laura Giussani e Irene Singer, presidenta y vice de ALIJA,  la Asociación de Literatura infantil y Juvenil de la Argentina, una organización que desde 1985 se dedica a la investigación, la crítica y la difusión de los libros para niños y jóvenes destacados por su calidad artística. ALIJA nuclea a escritores, ilustradores, narradores orales, especialistas, editores, bibliotecarios, docentes y demás personas interesadas en el campo de los libros para niños.
 
Según declama el sitio www.alija.org.ar sus objetivos tienen que ver con “promover la producción de libros y de lectura infantil y juvenil en todo el territorio de la república, en todos sus estamentos y regiones y entre todos sus niños y jóvenes. ALIJA concibe la promoción como una estrategia continua y sólida que favorece la creación de un público lector por el mero placer de la lectura misma. Es por ello que ALIJA, para contribuir al logro de lo citado, federaliza su tarea y gestión buscando abrir representaciones en todo el país para que la Institución sea una auténtica representación nacional”.
 
El taller que se dictó en el marco del Pre mica NOA, se destinó a niños, jóvenes, libreros, editores, escritores, docentes y la comunidad educativa en general. Participaron unas 20 personas, entre los cuales se contaban libreros y autores con ganas de introducirse en el campo especializado de los libros para niños. 
 
Los libros para la niñez son necesarios “para mejorar la calidad de vida, dado que nuestra sociedad requiere de lectores ávidos y entrenados”, dijo Laura Giussani durante su exposición y “para eso es fundamental abrir canales donde los niños y niñas puedan encontrarse con el libro que buscan, desean y necesitan, y también con mediadores interesados y apasionados por su tarea”, agregó.
 
ALIJA capacita a los mediadores y formadores –docentes, promotores, bibliotecarios–, creando conciencia y aportando estrategias entre los gestores culturales y los funcionarios en condiciones de llevar a cabo proyectos editoriales para el público infantil, además elabora guías de lectura, estudios, bibliografías y diversos materiales sobre la especialidad, cumpliendo la misión de entrelazar intereses y necesidades.
 
Esta organización realiza múltiples actividades tendientes a fortalecer proyectos de promoción de de la lectura y de los mercados editoriales para las infancias, participa activamente de la Feria Internacional del Libro e integra la comisión organizadora del Congreso Internacional de Promoción de la Lectura y el Libro que tiene lugar en cada una de sus ediciones. También coorganiza encuentros de Narradores y auspicia conferencias, presentaciones y eventos especiales. A su vez, brinda asesoramiento al público, expone y vende libros y diversas publicaciones específicas de la Argentina y el mundo, otorga uno de los premios más reconocidos en América Latina: los Destacados de ALIJA, en el que un jurado que se renueva anualmente premia en diversas categorías las mejores obras para niños y jóvenes del periodo, entre otras iniciativas importantes.
 
Uno de los espacios donde más relevancia adquieren los esfuerzos que se vienen haciendo para promover la literatura infantil es la Feria del Libro Infantil y Juvenil, y ALIJA es uno de los integrantes del comité organizador.
 
El taller que coordinaron Laura e Irene se propuso enseñar a desarrollar un proyecto editorial a partir del diagnóstico de las necesidades previas realizadas por un autor potencial, entendiendo al libro como un bien cultural y un producto de mercado.  “Como punto de partida el escritor o editor debe combinar necesidad con capacidad. Un ejemplo es lo que hace la editorial IMAIQUÉ que busca explicar la ciencia de una manera diferente, no escolarizada, sino con didácticas modernas”, aseveró la presidenta y editora de ALIJA.
 
A los autores, o gente con ganas de serlo, les recomendaron buscar perfiles de editoriales a través de la web, para saber con qué tipo de editorial podría llegar a combinar el proyecto en cuestión. No siempre la editorial recibe proyectos, muchas veces sale a buscarlos según sus propias necesidades y expectativas. Pero antes “se debe ser crítico con el trabajo propio, analizarlo, dárselo a varias personas para que lo lean antes de presentarlo como proyecto editorial”, sumó Irene como premisa. En todo libro infantil hay tres aspectos preponderantes a analizar: la calidad del texto, la calidad de las ilustraciones y la calidad del objeto libro. Un buen equilibrio entre los tres es lo que asegura las mayores posibilidades de obtener un resultado positivo y producir un material aceptado pos las editoriales. Y en este sentido cuidar el brillo y el poder de las palabras, las fuerza de las imágenes y la consistencia de las historias como variantes a profundizar en los análisis que cada autor pueda hacer sobre su propia obra.
 
Y al mismo tiempo cuidar, sobretodo teniendo en cuenta que se trata de libros destinados a los niños, la pertinencia de los temas, los valores que transmite el texto y la adecuación a los intereses lectores.
 
Luego las expositoras agregaron criterios para analizar la calidad de los proyectos de No ficción, ¿qué buscan los lectores en estos libros?, Irene Singer lo sintetizó diciendo que buscan “Competencia de los autores y productores, exactitud y fiabilidad de la información, y objetividad en los contenidos”. 
 
Un párrafo aparte se dedicó al diseño de cubierta y los paratextos, datos fundamentales en las obras infantiles. Un buen libro mantiene un alto nivel también en su diseño y su ilustración. El libro debe tener una cadencia integral, una relación entre diseño y contenido, y una tipografía adecuada. Dado que la tipografía es portadora de significado.
 
 
Escribió Emanuel Gall, de Agencia Anita.
 



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