20/02/2013

El mundo

Las masivas protestas populares hicieron renunciar al gobierno bulgaro

El primer ministro, Boiko Borisov, anunció la dimisión en bloque, tras diez días de intensas protestas contra los altos precios de la electricidad.

El primer ministro de Bulgaria, el conservador Boiko Borisov, anunció hoy la renuncia en bloque de su gobierno, acorralado desde hace días por masivas protestas populares contra la situación económica y en particular contra los altos precios de la electricidad.

"Cumpliremos nuestras funciones hasta que se elija un nuevo Gobierno y haremos todo lo necesario para asegurar la continuidad en el gobierno del país", asegura Borisov en una carta enviada al parlamento de su país, según informa la agencia de noticias EFE.

"El Parlamento votará mañana por la mañana la dimisión del Gobierno", anunció por su parte en la Cámara la presidenta del Legislativo, Tsetska Tsacheva, tras leer la carta de Borisov.
 
Este político populista, ex karateca y al que se conoce por el apodo de Batman, justificó su decisión afirmando que no puede participar "en un Gobierno en el que la policía pelea con la población". "Cada gotita de sangre para nosotros es una mancha. No puedo ver un Parlamento rodeado por tapias", dijo en alusión a la violencia desatada en las manifestaciones de los últimos dos días.
 
Al menos quince personas resultaron heridas el martes en Sofía en enfrentamientos entre la policía y unas tres mil personas que intentaron llegar hasta el Parlamento y que hoy continuaban con sus reclamos a las puertas del mismo.
 
Pocas horas antes, el jefe de Gobierno búlgaro había sorprendido al Parlamento con el anuncio de que su Ejecutivo iba a dimitir en bloque y la petición de que los 117 diputados de su partido Ciudadanos por el Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB), también abandonarían sus escaños.
 
Cuando asumió la jefatura del Gobierno de centroderecha, en julio de 2009, Borisov había prometido modernizar el país más pobre de la Unión Europea y combatir la corrupción con mayor eficiencia.
 
Sin embargo, el dimitente gobierno impulsó en los últimos cuatro años las fuertes medidas de ajuste exigidas por la Unión Europea y que fueron ampliamente rechazadas por la población que vio mermado su poder adquisitivo de un salario medio en torno a los 350 euros, uno mínimo de 150 y pensiones de 75.
 
Las protestas se iniciaron en varias ciudades contra el fuerte encarecimiento de la electricidad y la calefacción, pero a medida que fueron subiendo de tono se convirtieron en demostraciones contra el Gobierno del país más pobre de la Unión Europa. La primera reacción del premier fue forzar el lunes la dimisión del ministro de Finanzas, Simeon Dyankov, responsable de la política financiera, y prometió que bajaría el precio de la electricidad un 8 por ciento.
 
También anunció multas a las distribuidoras de electricidad y el retiro de la licencia a una de ellas (la checa CEZ), pero nada logró aplacar a las protestas que pedían la dimisión de Borisov, una medida que él mismo había rechazado tomar. Sin embargo, sembrando confusión, ayer mismo había dicho que "si la calle seguía pidiéndolo" sí renunciaría.
 
Poco antes del sorpresivo anuncio de Borisov, el mayor partido opositor, el Partido Socialista Búlgaro (BSP), boicoteó la sesión regular del Parlamento en la que estaba previsto votar unos cambios en el Ejecutivo propuestos por el jefe del Gobierno después de la renuncia de Dyankov. "La dimisión del Gobierno del GERB es un final natural de un Gobierno totalmente fracasado", dijo el líder del BSP, Lytvi Mestán.
 
Las próximas elecciones generales estaban programadas para el mes de julio, aunque ahora todo hace suponer que se convocarán a comicios anticipados para abril. 



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