26/04/2017

Argentina

Colonia Pellegrini: Conectarse con lo natural

Un paisaje para los amantes de la vida al aire libre, desde donde se conocen los Esteros del Iberá con todo el esplendor de su flora y su fauna.
Colonia Pellegrini: Conectarse con lo natural | El Diario 24 Ampliar (2 fotos)

Conectarse con lo natural en Corrientes.

Escribe Florencia Soria | Un camino recto de tierra rojiza conduce a la localidad correntina Colonia Carlos Pellegrini, un paraíso ecológico que sirve de cabecera para explorar los Esteros del Iberá. Con un horizonte acuoso y verde y un aire con aroma a césped como habrá muy poco en el resto del país, este pequeño pueblo es la puerta de entrada para ponerse en contacto con la naturaleza. 

El escaso tránsito de la ruta provincial 40, protege al paraje de la contaminación y lo transforma en un santuario natural en excelente estado de conservación. Aquí faltan los supermercados, los bancos con sus cajeros automáticos y el Wifi no es una prioridad. Sus calles son de tierra y nunca nada es tan urgente como para pelearse por cruzar. 

Lo que abunda en Pellegrini son los saludos de buenos días, el sonido de los ipacaás y los mansos carpinchos, señales claras de la cercanía del agua. Los antiguos cauces del Río Paraná formaron una red de humedales compuesta por lagunas, embalsados y cursos de origen pluvial. Son los Esteros del Iberá, un reservorio de agua dulce muy valiosa, que alberga un ecosistema único, ideal para imperdibles safaris fotográficos que retratan el brillo de las aguas que dieron nombre a este sitio en guaraní. 

En Colonia Pellegrini viven 800 personas y el ecoturismo es su principal fuente generadora de empleo. Un puñado de posadas y cabañas de ensueño se encarga de ofrecer una importante infraestructura turística, tanto en la prestación de servicio de alojamiento y gastronomía como en actividades por la laguna Iberá y los rincones cercanos para hacer caminatas, avistaje de animales y cabalgatas. 

"Cuando el turista se contacta, le enviamos los programas con todo lo que hay para hacer y ver. Ahí la persona se da cuenta si es el destino indicado para su descanso o no", afirma Estrella Lozada, presidente de la Cámara de Turismo del Iberá, asociación que trabaja día a día para el bien de su comunidad y defensa del espacio natural. 

Colonia Pellegrini tiene una tranquilidad inaprensible que ya no se encuentra en otros lugares de la región y se visita por lo general en un fin de semana agitado. Pero los paseos libres en kayaks y las tentadoras hamacas que cuelgan en las galerías de las cabañas, justifican extender la estadía.

 

Mundo aparte 

El arribo a Pellegrini requiere varias escalas. Desde Tucumán hay que tomar un colectivo a Corrientes. Lo ideal es viajar de noche para llegar a la capital temprano por la mañana y tomar el siguiente ómnibus a Mercedes, la ciudad cabecera más cercana, ubicada a 120 kilómetros. Finalmente, hay que subirse a un tercer bondi para llegar al pueblo. "Es importante tener presente que en este tramo no hay estaciones de servicio ni señal de celular", advierten en la página de la Cámara, junto a los nombres de empresas de transporte públicas y privadas disponibles y sus respectivos precios y horarios de salida. 

Hay que tener en cuenta consideraciones ineludibles para este viaje. Para empezar, hay dos formas de visitar. La ideal para desligarse de preocupaciones y descansar al máximo es a través de los programas que previamente envía la posada a elección del interesado. Las opciones abarcan propuestas de dos hasta de siete días. Cada una incluye el alojamiento, las cuatro comidas y las actividades. Y si no es posible desconectarse al 100 por ciento del trabajo, conviene consultar por la señal de Internet. 

Aquellos que no cuentan con mucho presupuesto también pueden alejarse del estrés citadino gracias a los campings y las opciones más económicas de alojamientos con desayuno incluido. Las actividades como cabalgatas y navegación pueden realizarse por separado contactándose con la Asociación de Guías Independientes. 

A la hora de comer, hay una variada cantidad de restaurantes y comedores, cuya deliciosa gastronomía combinan recetas autóctonas e internacionales y si hay suerte, el chef se dedica a contar a los comensales la elaboración de cada plato con su historia. 

Caminar por las callecitas de tierra o aprovechar el entorno para reposar al sol con la compañía del mate y el chamamé de fondo. El estado ideal para quedarse en Pellegrini es la contemplación. No hace falta emprender grandes aventuras porque la naturaleza está al alcance de la mano.





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