02/12/2016

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Ningún "ángel" ni "fantasma": apareció el chico que ayudó a los rescatistas

Tiene 15 años, vive en un rancho y contó que lo corrió la policía porque creían que estaba ahi para robar: "Me dio mucha satisfacción ayudar a salvar vidas y nunca lo hice para ir a buscar objetos materiales”.
Ningún ángel ni fantasma: apareció el chico que ayudó a los rescatistas | El Diario 24 Ampliar (1 fotos)

Apareció el chico que ayudó a los rescatistas.

Según el relato de los rescatistas que trabajaron en el lugar del accidente del vuelo que llevaba a la delegación del Chapecoense, contaron que un niño los ayudó a sacar a los heridos guiándolos por entre las complicaciones del terreno.

 

En los medios argentinos, y en otras partes del mundo, los medios hablaron de un "ángel" y hasta de un "fantasma", incluso resultó bochornosa la emisión del pasado jueves de El Diario de Mañana que le dedicó tres horas al tema especulando entre explicaciones sobrenaturales sin ningún tipo de información real.

 

En la vereda opuesta, un diario de Medellín encontró al 'niño fantasma'. Se llama Johan Alexánder, tiene 15 años, estudia y vive en un rancho con su padre, quién también estuvo en el cerro El Gordo colaborando. Hasta que un policía los echó, por sospechosos.

 

Él y su padre, Miguel Ramírez estaban acostados en el rancho que tienen en La Unión, a cinco minutos de caminata del cerro El Gordo.

 

El chico contó que a las 21:54 escucharon un zumbido y enseguida una explosión, pero que se enteraron del siniestro por los medios de comunicación, mirando la TV.

 

Entonces no dudaron, salieron en medio de la noche fría a buscar el lugar exacto del accidente y escucharon los gritos de los primeros rescatistas que ya estaban en el lugar.

 

“Ya había algunos bomberos y policías cuando llegamos, gritaban que a un lado había uno, que allí estaba el otro", precisó Johan, y recordó que "comenzaron a sacar los heridos pero estaban abriendo trocha hacia el morro y así era muy demorado, así que les dijimos que había un camino más fácil y más rápido”.

 

Durante casi tres horas colaboró en los trabajos de rescate. Él y y su padre guiaron a los rescatistas por el camino de arriero que siempre transitan cerca de sus cultivos de tomate, frijol y arveja y que los saca directo a la carretera.

 

“Ya estaban saliendo con Alan (Rushell, el primer rescatado con vida) y le dije a un bombero que era como uno de los jefes que yo conocía el camino, los acompañé y me vine corriendo donde estaban los policías para decirles que teníamos uno de los heridos en la carretera. Ya había un viaje de carros que habían llegado al lugar”, confió.

 

Johan cuenta además que se dividió con su padre para que cada uno guiara a un grupo de rescatistas: "Cuando iba subiendo para ayudar a otro, mi papá venía bajando con otro grupo". Y se puso serio al contar que "hubo uno al que cargamos unos diez o quince metros pero murió, no alcanzó a llegar a la carretera”.

 

Miguel, su padre, recuerda de esa fría noche que el niño siempre estuvo muy atento y corría de un lado para otro: “Fue por un machete para dañar el lindero del cerco y poder pasar las camillas, llamaba a los carros para que bajaran a recoger a los heridos. Nos tocó todo porque estábamos al lado”.

 

Johan, según le contó a El Colombiano también ayudó a rescatar al portero Jackson Follman. Y que cuando volvió a subir, el papá ya iba con un grupo de rescatistas que transportaba a la auxiliar de vuelo Ximena Suárez.

  

¿Por qué se fueron del cerro?

 

Miguel y Johan trabajaron a la par de los rescatistas, hasta que un agente de la Policía los sacó de la zona de la tragedia. Así lo cuenta el chico: “Subíamos por más heridos cuando cerca de las 2 un policía nos sacó mal sacados".

 

¿Cómo? "Sí, nos dijo que nos fuéramos, que quién sabe con qué intenciones habíamos ido. Un bombero discutió con él y le dijo que estábamos colaborando. Para evitar problemas volvimos al 'cambuche' donde pasamos la noche".

 

Cambuche se le llama al rancho, en Colombia. Allí, en una tierra con cultivos, Johan vive con su familia: su padre, su madre (Miriam) y su hermanita Jessica de tan solo cinco años.

 

Al volver a su hogar, contó que “estaba muy cansado pero no pude dormir". Y sacó peco: "Sin embargo me dio mucha satisfacción ayudar a salvar vidas y nunca lo hice para ir a buscar objetos materiales”.

 

Cuando los colegas colombianos le preguntaron de qué equipo era hincha, contestó "de Atlético, de Nacional".

 

Este miércoles Johan fue condecorado en la Institución Educativa donde cursa el noveno grado, por buen estudiante.

 

Así cierra la nota de El Colombiano: "...aunque tres días antes se hubiera graduado de manera empírica en filantropía y rescate".





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