23/01/2016

Opinión

Por Gerardo Fernández

De la Plaza a la Unidad Básica

El contrato democrático exige institucionalizar la militancia. Desconocer esta verdad es riesgoso. Escribe Gerardo Fernández.

Por Gerardo Fernández | Está bueno movilizarse y llenar plazas, pero si esa voluntad no es institucionalizada, terminará siendo inconducente ante un escenario verdaderamente complicado por deficiencias propias del FPV y la operación a full del macrismo y algunos de adentro que juegan a dividirlo para que pierda capacidad de veto en los espacios parlamentarios. De hecho, en la PBA ya está partido el bloque de senadores y anoche quedó configurada la fractura en diputados. Por el lado del congreso nacional hay movidas para agrandar la grieta latente que separa al mundo Cámpora del resto del peronismo, básicamente del interior. Si Urtubey logra finalmente fracturar ambos bloques, el macrismo quedará a un paso de obtener escribanía propia y ahí te quiero ver…

Tanto en la PBA como a nivel nacional hay contradicciones objetivas entre legisladores que responden a referentes territoriales (gobernadores e intendentes) y los que responden “al proyecto”. Esta contradicción, de hecho, está desde el vamos más cerca de explotar que de ser controlada y ya se puso de manifiesto en las reacciones ante la orden de no asistir a la asamblea legislativa donde prestó juramento Mauricio Macri.

En los espacios de representación popular, donde tiene una fuerza nada despreciable, el desafío para el FPV es mantener la unidad, entendiendo que el manejo de su diversidad es su única y exclusiva fuente de poder. Algo realmente complejo para una fuerza que perdió tanto la caja del gobierno nacional como la de la PBA y que sufre los embates del macrismo, que no se anda con chiquitas para intervenir en su interna, agudizando las contradicciones y operando sobre intendentes y gobernadores cuyas urgencias son mucho más mundanas que las de los legisladores “del proyecto”.

Mientras se van desarrollando estos acontecimientos, se avecina la interna del PJ y ahí está la posibilidad de mucho kirchnerista suelto de dar un paso trascendente, cual es afiliarse y dar la pelea desde adentro de la estructura. En democracia, hay varias esferas donde se desenvuelve la acción política y uno de los procesos más interesantes es institucionalizar el espontaneísmo militante. Esto significa “ir de la plaza a la Unidad Básica y de la Unidad Básica a la plaza”. La tensión exacta entre plaza y trabajo institucionalizado es la que determinará cuánta de esta voluntad que llena plazas y parques logrará intervenir con voz y voto en el armado institucional del PJ, la columna vertebral del Frente.

El contrato democrático exige institucionalizar la militancia. Desconocer esta verdad es riesgoso: así como en los 70, el militarismo de las organizaciones llegó a despreciar la “democracia formal”, con los resultados conocidos, no hay que tener mucha imaginación para vislumbrar el futuro del FPV si queda en manos de los Urtubey, Massa y Cía mientras miles de kirchneristas quedan sueltos, creyendo que sólo juntándose en plazas y parques se le pone algún límite de verdad a Macri y los mercados cuando en realidad eso es lo que anhelan: un FPV loteado y un activo de 30 mil porteños deambulando de plaza en plaza.

Ya está. Ya están haciendo lo que sabíamos que iban a hacer. De lo que se trata ahora es de organizarse e institucionalizarse.





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