29/01/2017

Tucumán

Análisis político

El año electoral no altera la calma, por ahora, en el Peronismo tucumano

Los tres hombres fuertes del justicialismo, Alperovich, Manzur y Jaldo, mantienen la armonía. Algunos nombres hacen ruido mientras, tendrán que ver como incorporar una pata Cristinista.

El arranque del año electoral se está dando con intensidad en Tucumán. El particular escenario de nuestra provincia va a mostrar la pelea entre los gobiernos nacional y provincial con candidatos propios y con proyectos antagónicos.

El peronismo apunta a consolidar el bastión del norte que representa Tucumán y ha comenzado a negociar con vistas a las primarias de agosto (PASO) y las generales de octubre. El objetivo es claro: demostrar que los 100.000 votos de diferencia sobre el macrismo no son producto de ningún fraude tal cual ha quedado demostrado en las cuatro elecciones de 2015 a pesar de las mentes febriles que se obstinan en sostener un producto de marketing político.

Los acercamientos se están dando naturalmente entre las tres vertientes consolidadas del peronismo comarcano. La presencia y dinámica de José Alperovich sirven para demostrar la vigencia y el peso político acumulado durante doce años en el poder. Juan Manzur ya tiene vuelo propio y, sin alejarse demasiado de la estela alperovichista, fue construyendo espacios desde la gobernación con solvencia. El tercer componente es el indestructible aparato territorial del Partido Justicialista tradicional que sabe navegar con acercamientos y alejamientos de la estructura del Estado conforme soplen los vientos y que parece encontrar la síntesis en Osvaldo Jaldo.

Este gigante de tres patas muestra una marcha tranquila sólo alterada por algunos nombres que no terminan de conformar a todos pero hasta junio, fecha tope de presentación de las listas, confían en afinar la punta del lápiz y confluir sin mayores problemas en el consenso.

Sin embargo, hay un cuarto componente del peronismo que hasta ahora no ha comenzado a tallar. Más allá de los cascotazos y los ataques, Cristina Fernández de Kirchner sigue siendo una figura protagónica de la política argentina y todo indica que 2017 no la va a encontrar en su casa jugando con los nietos.

La gravitación de Cristina será clave y Tucumán no podrá ignorarla. La intencion de voto del orden del 30% en el orden nacional no tiene porqué ser diferente en nuestra provincia. Y ese porcentaje en Tucumán representa unos 200.000 votos que igual acompañarán en general al peronismo pero una cuarta pata K puede ayudar a que el andar del gigante sea más estable y la perspectiva de un triunfo aplastante sea más palpable ante un rival que por ahora, en lugar de obras, sólo se muestra como una eficiente empresa de cartelería. ©eldiario24.com





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