El fantasma del Conscripto Carrasco circula en Tucumán

Luis Reales fue ingresado en el Sanatorio 9 de Julio con una falla renal. Su mamá relató el hecho en su perfil de Facebook: "Su hígado está inflamado y le están haciendo diálisis. No siento nada. Me entiendo morir" fueron las palabras de la señora. Oficialmente no quiso hacer declaraciones de ningún tipo, aunque dijo que su hijo estaba un poco mejor. 
Ambos casos, tanto el de Reales como el de su compañero -que fue ingresado unos días antes de urgencia en el Hospital Padilla- comenzaron dentro de la Escuela de Policías. Ambos cadetes, trasladados de urgencia, hacen pensar: ¿qué harán los oficiales con los muchachos -sobre los que tienen absoluto poder- que los terminan matando?
Aparece, entonces, el fantasma del conscripto Carrasco quien fuera asesinado por sus superiores en una unidad militar en Neuquén. Fue, a partir de éste crimen que fuera revocado el servicio militar obligatorio en Argentina, en 1994. 
El jefe del instituto, el comisario Jorge Cruz, en el anterior caso había argumentado: “los movimientos son reglamentados, no hay nada fuera de lugar. Se evita dañar físicamente a nadie”. Sin embargo, los dos cadetes -es decir ingresantes, jóvenes, nuevos en la fuerza- siguen internados, y vaya que están "dañados físicamente". 
La policía como fuerza represora del estado tiene la característica de ser extremadamente vertical. Por eso es probable que o sigan apareciendo casos que no sean denunciados -como el de Reales y el de su compañero- o aparezca otro caso Carrasco, ahora en la policía tucumana. Es tal el nivel de violencia institucional que la policía ejerce hacia afuera y hacia adentro que es imposible "revelarse" -como lo sería denunciar un maltrato por ejemplo- contra los superiores. 
Afortunadamente, la fiscalía IX°, subrogada por Adriana Giannoni, comenzó una investigación de oficio en el primer caso, el de Luis Ramón Serra. En cuanto a la situación de Reales tampoco hubo una denuncia, pero no se descarta que se tome la misma medida.