21/02/2017

Sucesos

Cuatro empresarios citrícolas fueron procesados por trata de personas para explotación laboral

Los 13 trabajadores rurales estaban alojados en condiciones infrahumanas y carentes de higiene. Además, se alimentaban únicamente a base de fiambre y a muchos de ellos no les permitieron tener ni su DNI ni celular.

La Cámara Federal de Tucumán, en línea con lo solicitado por el fiscal Antonio Gustavo Gómez, procesó a cuatro empresarios citrícolas de la provincia por trata de personas con fines de explotación laboral en la finca “Las Marías”, arrendada por la citrícola San Miguel.

Por el hecho fueron procesados Felipe Indalecio Racedo y Pedro Benigno Banegas (apoderado y CEO de la citrícola San Miguel respectivamente), y los subcontratistas Fernando Manuel Seone y Luis Fernando Rico, según indicó la web fiscales.gob.ar.

Están acusados de engañar, a través de falsas ofertas laborales, a 13 trabajadores rurales de Santiago del Estero en situación de vulnerabilidad y obligarlos a “realizar tareas vinculadas a la cosecha del limón en la más absoluta clandestinidad laboral”, según consideraron los magistrados.

Además, los imputados les inducían un mecanismo de deuda para descontarles del sueldo los gastos de traslado, el alquiler semanal del alojamiento y las compras de alimentos en el almacén que les indicaban (del mismo Benegas).

En la casa, según declaraciones, las víctimas estaban alojadas en condiciones infrahumanas y carentes de higiene: dormían en colchones en el piso, contaban con un solo baño para todos, no tenían agua caliente ni elementos de limpieza. Además, declararon que se alimentaban únicamente a base de fiambre y que a muchos de ellos no les permitieron tener ni su DNI ni celular.

La causa se inició cuando un ciudadano de La Ramada de Arriba efectuó una llamada al Ministerio de Seguridad de la Nación manifestando que en una casa había varias personas alojadas en condiciones infrahumanas para trabajar en la cosecha del limón.

Luego de identificar el lugar, el 31 de mayo de 2013 el juez federal Daniel Bejas ordenó allanar el predio. En esa oportunidad, se constató la presencia de 13 víctimas de explotación laboral, la persona a cargo del campo y a dos contratistas.

La resolución inicial había sido apelada aduciendo “falta de mérito” en septiembre de 2015, pero el fallo fue revocado por la Cámara Federal de Tucumán y los cuatro empresarios fueron procesados.

Con respecto a Racedo y Banegas, eran quienes “se encargaban de captar trabajadores para la cosecha de limón, que se llevaba a cabo en la finca Las Marías, propiedad de María Teresa del Carmen Bollea, arrendado por la empresa citrícola San Miguel”.

Abraham Aurelio Andrada (fallecido) era el propietario del lugar donde se acogió a las víctimas, “percibiendo un monto de dinero por dicho acogimiento, con conocimiento de la finalidad de su explotación laboral”.

Al momento de los hechos, Seone era el apoderado de la citrícola San Miguel y Rico el CEO. "Se encontraban a cargo de la explotación comercial de la firma, entre las que se incluye la cosecha de limones de la finca Las Marías, mediante contrato de arriendo. Para desplegar tal actividad, se acordaba con los subcontratistas Racedo y Banegas para que procuraran mano de obra”.

Solo una imputada fue librada de la causa por falta de mérito: Bollea, la propietaria de la finca, ya que se encontraba arrendada a la citrícola San Miguel, haciéndola indemne a cualquier situación que allí suceda.

Finalmente, hicieron hincapié en la falta de colaboración por parte del ministerio de Trabajo de la Nación quien “tomó nota de esta denuncia a través del conocimiento que obtuvieron por parte del Juez Federal” y que sin embargo no realizó ningún informe.

En esa línea, señalaron que “el trabajo de la fiscalía y el juzgado, a pesar de pretender direccionar la investigación de una manera efectiva, no lograron la cooperación necesaria de otros organismos del Estado y tampoco sus requerimientos fueron contestados en tiempo y forma".




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