26/08/2016

Tucumán

De marcar a Messi a defender la camiseta de San Martín

El central Rodrigo Moreira, sparring durante Brasil 2014, quiere triunfar en el “Santo”.

Junio de 2014. Cidade do Galo, “búnker” argentino en Belo Horizonte, días previos al debut de la selección que dirige Alejandro Sabella en el Mundial de Brasil.

En una habitación del lujoso predio, propiedad de Atlético Mineiro, Sergio Agüero y Rodrigo Moreira comparten unos mates sentados frente al televisor. Sus pulsaciones están a mil, sus ojos clavados en la pantalla. Alientan a “su” Independiente que pugna por volver a Primera tras el año más difícil de su historia. Javier Mascherano, Lucas Biglia y Marcos Rojo les hacen el aguante y suman para ver uno de los últimos duelos del “Rojo” en la Primera B Nacional.

El pasaje corresponde a un día, como tantos otros, de un mes que Moreira recordará por el resto de sus días. Durante ese Mundial, “Chiqui” integró la delegación de sparrings que viajó junto al plantel argentino a la máxima cita ecuménica. “Fue el viaje de egresados que nunca tuve”, le confiesa a LG Deportiva, el defensor que llegó a San Martín en busca de rodaje y, claro, con la idea de dar el salto al estrellato.

La timidez de Moreira es propia de un chico de 20 años que aún no debutó en Primera. Sonríe cuando se le indaga sobre ese hecho que, según él mismo reconoce, lo marcó a fuego. “Fue un mes hermoso, donde aprendí muchísimas cosas. Estar al lado de jugadores importantísimos como el ‘Kun’, ‘Lio’ o el ‘Pipita’ fue impresionante. Sólo queda mirar y aprender, nada más. Adquirís cosas que te marcan; como jugador y como persona”, dice con una sonrisa que deja en claro lo que significaron esos días junto a la Selección.

Moreira no sólo marcó a Lionel Messi y compañía durante esos duelos, puertas adentro del predio, que se extendieron y se hicieron más intensos a la par de la travesía de una selección que iba viento en popa rumbo al partido decisivo en el Maracaná. Ese en el que se cruzó con una Alemania férrea que destrozó los corazones argentinos y mucho más el de “Chiqui”.

“Nosotros nos sentíamos como parte de ese plantel en el sentido de que estábamos todo el día juntos. Nos hospedábamos en el mismo hotel, viajábamos en los mismos aviones, almorzábamos y cenábamos juntos. Fue todo fantástico, salvo por el final”, asegura el zaguero repitiendo hasta el cansancio que esos días fueron como tocar el cielo con las manos. “Yo lo viví como un viaje de egresados, donde vos vas sólo a divertirte y disfrutar. Así fue, tal cual”, agrega el defensor que espera dar el salto de calidad vestido de “Santo”. “Mi ilusión es sumar minutos, afianzarme en el equipo y tratar de llevar a San Martín a lo más alto. Tenemos que comenzar el torneo ganando, extendiendo la racha positiva que comenzaron los chicos y que los llevó a lograr el ascenso”, concluye Moreira, ese pibe que se curtió junto a los grandes de nuestro fútbol y que intentará explotar en toda su dimensión en La Ciudadela.




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