30/08/2016

Tucumán

Expertos sostienen que con los controles adecuados un crematorio no contamina el ambiente

La polémica por el proyecto para instalar hornos en el cementerio del Norte, se remonta al año 2008, cuando una decisión similar ya había generado malestar en los vecinos de San Miguel de Tucumán y Yerba Buena.
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Especialistas explicaron cómo deben ser los hornos crematorios para no generar contaminación.

La polémica por la intención de instalar hornos crematorios en el cementerio del Norte, ya tuvo su antecedente en el año 2008, cuando los Concejos Deliberantes de San Miguel de Tucumán y de Yerba Buena aprobaron la habilitación de hornos para incinerar cuerpos.


En ese entonces, los vecinos también mostraron su malestar por la medida. Sin embargo expertos en la materia aclararon que esto puede hacerse sin perjuicio para el medio ambiente, siempre y cuando se sigan de forma estricta una serie de recaudos que detallaba el diario La Gaceta en una nota publicada en octubre del 2008.

  

El director del Instituto de Ecología del Instituto Lillo, Juan González, dijo que la cremación de cadáveres es una tendencia que crece en todo el mundo. “La tecnología de estos hornos es tan moderna que no hay peligro de contaminación”, aseguró.


El experto explicó que los hornos deben tener tres cámaras. De esta manera, se puede quemar cualquier residuo y controlar las emisiones de gases a la atmósfera. “En la primera cámara se incinera el cuerpo, en la segunda se incrementa el calor para quemar los gases, y en la tercera se lava el humo con agua. De esta manera, lo único que sale por la chimenea es vapor de agua”, dijo.


González advirtió que si no se toman los recaudos necesarios pueden generarse dioxinas y furanos, compuestos orgánicos nocivos para la salud. “Es necesario manejar muy bien el calor del horno, y trabajar con temperaturas superiores a los 450 grados centígrados”, apuntó.


Agregó que la empresa debe hacer monitoreos frecuentes para evitar emanaciones de gas a la atmósfera y también el Estado debe controlar. “Es importante que los cuerpos que vayan a ser cremados no tengan marcapasos ni dentaduras postizas ni amalgamas en los dientes. Estos suelen tener metales pesados, tales como plomo o mercurio, que contaminarían la atmósfera”, dijo.


Por su parte, Rafael Gor, magister en Salud Ambiental y en Gestión Ambiental, explicó: “no se puede decir que los hornos crematorios son contaminantes por sí mismos; eso depende de cómo son los equipos, de qué filtros se usan y de cómo se realiza el lavado de humo”. El experto se excusó de opinar puntualmente sobre los crematorios que se planea construir en el cementerio San Agustín, de Yerba Buena, y en la capital. “Tendría que conocer cómo serán esas instalaciones. Lo que sí puedo decir es que existe la tecnología adecuada para que un horno crematorio no contamine el ambiente”, aseguró.


Gor se mostró comprensivo respecto de la preocupación de los vecinos de Yerba Buena por la posibilidad de que se establezcan dichos hornos. “Estas instalaciones deberán contar con el correspondiente certificado de aptitud ambiental y, además, se las estudiará en su momento”, destacó el especialista.


La opción más cercana que tienen hasta ahora los tucumanos para acceder al servicio está en la ciudad de Güemes, Salta. La otra posibilidad es viajar a Córdoba o a Buenos Aires. Por mes, entre seis y ocho cuerpos son llevados desde Tucumán a Salta para ser cremados, informó la empresa funeraria Flores, encargada de estos traslados.


Al igual que en Tucumán, la instalación de este horno también generó preocupación entre los vecinos de la localidad de El Bordo, donde está emplazado. En una comunicación telefónica con la Gaceta, la directora de Bromatología de la Municipalidad de esa localidad, Marta Toconás, dijo que antes de que se montara el horno se realizó una encuesta entre los vecinos de la zona. “La mayoría estuvo de acuerdo. Es una zona rural que está a ocho kilómetros de nuestra ciudad y a tres de la de Güemes”, explicó.


“Sin embargo -recordó la funcionaria- cuando comenzó a funcionar tuvimos algunas quejas por malos olores. Desde ese momento comenzamos a hacer inspecciones periódicas. Nunca más tuvimos problemas. Le exigimos a la empresa que el horno tenga filtros y que el cuerpo sea quemado con el cajón. Por el calor, todas las toxinas se eliminan”. El senador provincial por Güemes y miembro de la comisión de Medio Ambiente de la Cámara, José Valle, agregó que los hornos se instalaron en un área rural luego de que la secretaría de Medio Ambiente de Salta autorizó el proyecto tras determinar que no generaban contaminación. (lagaceta.com.ar)





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