24/09/2016

Tucumán

Pueblo y gobierno participaron de la conmemoración histórica del 24 de septiembre

El gobernador Juan Manzur encabezó los actos por el 204° aniversario de la Batalla de Tucumán y la procesión desde la basílica de La Merced hasta el histórico salón de la Jura de la Independencia.

Una multitud se congregó este sábado en la capital tucumana para vivir una vez más la conmemoración histórica del 24 de septiembre, fecha en la que este año se cumple el 204° aniversario de la Batalla de Tucumán.


El gobernador Juan Manzur, acompañado por funcionarios provinciales, encabezó los actos por el 204° aniversario de la Batalla de Tucumán y la procesión desde la basílica de La Merced en la que la Virgen de la Merced fue trasladada hasta el histórico salón de la Jura de la Independencia, en la Casa Histórica.


Luego la imagen de la Patrona y Abogada de la provincia fue llevada hasta el colegio de las Hermanas Esclavas para encabezar la tradicional procesión en la que participaron miles de fieles hasta desembocar en la iglesia Catedral.


La Virgen de la Merced fue nombrada en 1867 por el Cabildo Patrona y Abogada de San Miguel de Tucumán, aunque su imagen tomó relevancia a partir de la Batalla de Tucumán librada en esta provincia el 24 de septiembre de 1812.


Ese día, el Ejército del Norte, al mando de Belgrano derrotó a las tropas realistas del general Pío Tristán, que lo doblaban en número, deteniendo el avance realista sobre el noroeste argentino.


El Triunvirato le había ordenado a Belgrano replegarse hasta Córdoba para reorganizarse porque las tropas, desmoralizadas y abatidas, no estaban en condiciones de enfrentarse a las fuerzas realistas, que contaba con 3.000 hombres expertos.


Sin embargo, Belgrano desobedece al Triunvirato y empieza a reorganizar al ejército con la incorporación de un contingente reducido de los cuerpos de caballería que llegaron desde Catamarca y Santiago, sumando además gauchos, comerciantes, ganaderos y artesanos fueron adiestrados y equipados como se podía.


Muchos civiles y soldados tuvieron que improvisar sus armas fabricando cuchillos enastados en palos y tacuaras, según cuentan los historiadores.



El día de la batalla, Belgrano estuvo orando invocando a la Virgen de la Merced la protección de sus tropas que con coraje, una buena estrategia y mucha fe consiguieron un contundente triunfo del ejército revolucionario, impensado por las condiciones desiguales con las que se enfrentaban a las fuerzas de Pío Tristan.


Luego de la batalla, Belgrano puso en manos de la imagen de la Virgen su bastón de mando, entrega que se efectuó durante una solemne procesión con todo el ejército, acto que terminó en el Campo de las Carreras, donde se había librado el enfrentamiento, y se lo recuerda cada 24 de setiembre.  





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