Un sacerdote santiagueño afirma que Pericás pudo haber hecho un pacto con el diablo

El empresario mediático Luis Manuel Pericás se encuentra detenido acusado de haber realizado una estafa millonaria contra el estado tucumano, en su encierro asegura que no puede dormir y que por las noches hay espíritus que le arañan el cuerpo.

Muchos sospechan que se trata de un nuevo engaño, pero un cura que lo trató tiene una versión diferente.

“Un amigo me dijo que conocía a un muchacho que estaba muy mal. Que no podía dormir de noche. Muchas veces caminaba desorientado y sin saber adónde se dirigía. Yo le dije, vamos a verlo para asistirlo” sostuvo el cura Lucas Ledesma en una entrevista con Nuevo Diario y LV11.

"Fuimos a entrevistarlo un día y la verdad que estaba mal" relató Ledesma del momento en el que conoció a Pericás. "Comenzamos a orar y a aconsejarle que tiene que respetar la vida que le dio el Señor. 'Yo no puedo dormir', nos decía. 'Voy y vuelvo de Buenos Aires y no puedo hacer los trámites', aseguraba. Pericás nos decía a su amigo y a mí que se perdía, que caminaba sin rumbo muchas veces. Tenía una desorientación total".

En el episodió más extraño que le tocó presenciar, afirmó que: "Una mañana temprano, cuando fui a asistirlo porque no se podía ni levantar observé que tenía llagas de arañazos en la espalda. Eso un hombre sólo no se lo puede hacer, salvo que sea contorsionista. Comenzamos a orar en la casa y un día nos invitó a ir a la emisora en Tucumán. Allí también oramos para pedirle a Jesús que fuera de buen augurio lo que le esperaba a este hombre. Yo insistía en que tenía que volverse a Cristo, que era la única manera en que podía volver a la normalidad. Él me llamaba periódicamente por teléfono, más cuando estaba muy mal y después me dejó de llamar".

Incluso contó que una vez le practicó un exorcismo junto a otro cura en el hotel Catalina’s Park, en el Parque 9 de Julio de Tucumán.

El sacerdote consideró que "es posible" que el empresario haya realizado un pacto con el diablo aunque dijo que "no puedo asegurarlo".

"Hay veces que permanecía mudo, otras, gesticulaba de distintas maneras y pedía auxilio. La verdad que ha sido algo fuerte. Pero con la constancia de la oración y en el nombre de Jesús fue mejorando. Un mes lo asistí espiritualmente a Pericás".