13/02/2017

Tucumán

Importante operativo policial en el centro para llevarse a un payaso molesto

"Azuquita" es un artista callejero que desde hace años forma parte del paisaje urbano de San Miguel de Tucumán. Fue denunciado por una turista y las redes sociales se dividieron entre los que lo acusan y lo defienden.
Importante operativo policial en el centro para llevarse a un payaso molesto | El Diario 24 Ampliar (1 fotos)

Azuquita terminó en la Comisaría Primera por sus bromas.

Así como días atrás en una playa pública de Necochea una importante tropilla de policías se reunieron para echar a tres mujeres que tomaban sol en topless, así también un nutrido grupo de agentes tucumanos participaron de un polémico operativo en el centro de San Miguel de Tucumán.


Todo comenzó con la denuncia de una mujer quien afirmó que un payaso le tocó las nalgas a su hijo pequeño. Ante la grave acusación un grupo de policias se acercaron hasta el lugar de los hechos a dialogar con el apuntado a quien finalmente se llevaron detenido.


El acusado es "Azuquita", uno más de los muchos personajes pintorescos que transitan por las calles de San Miguel de Tucumán. Azuquita es un payaso, cuyo "estilo" combina el mimo y el clown, quien suele ubicarse en la esquina de 25 de Mayo y San Martín, en la vereda de la Iglesia San Francisco, donde se reune un nutrido público que se sienta en las escalinatas del templo a ver el espectáculo.


El "show" de Azuquita consiste en burlarse de los peatones desprevenidos que pasan por allí, imitando sus pasos, haciéndolos asustar con su estridente silbato y a veces tocándolos con el mismo fin. Son muchas las mujeres que a partir de este hecho denunciaron que el payaso se propasó con ellas aprovechando la presentación.




Sin embargo los testigos afirman que Azuquita no tocó al niño como lo denuncia la mujer, sino que le agarró de una pierna e hizo sonar su silbato provocándole un gran susto, como a muchos tucumanos antes. El polémico estilo del payaso, le suele valer fuertes insultos de las víctimas de sus chanzas.


Por su "chanza", Azuquita terminó en la Comisaría Primera.







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