27/04/2017

El mundo

Nacionalistas irrumpen a golpes en el parlamento de Macedonia tras la elección de un albanés en la Cámara

Unos 200 manifestantes coparon el recinto en el marco de una crisis institucional tras las elecciones de diciembre. Hubo al menos 10 heridos y crece el temor a un nuevo conflicto étnico.
Nacionalistas irrumpen a golpes en el parlamento de Macedonia tras la elección de un albanés en la Cámara | El Diario 24 Ampliar (1 fotos)

Parlamentarios fueron agredidos a puñetazos, entre ellos el líder socialdemócrata Zoran Zaev. Foto El País

Unos 200 manifestantes nacionalistas entraron este jueves en el Parlamento de Macedonia después de que el Partido Social Demócrata y las tres formaciones de etnia albanesa con representación parlamentaria se hayan aliado para elegir como presidente de la Cámara a un miembro de esta comunidad.


Las protestas se transformaron en golpes rápidamente este jueves, en un país donde las diferencias políticas por la formación de un nuevo gobierno se han complicado durante meses. Las agresiones han dejado un saldo de al menos 10 heridos, informa BBC.


"Con 67 votos, hemos elegido a un nuevo presidente. Quiero felicitar a Talat Xhaferi y desear buena suerte a todos nosotros", ha dicho el líder socialdemócrata, Zoran Zaev. Xhaferi se ha convertido este jueves en el primer representante albanés que alcanza la presidencia del Parlamento macedonio desde que el país obtuvo la independencia de Yugoslavia en el año 1991. Los albaneses representan el 25% de la población del país.


La selección no fue del agrado de los nacionalistas macedonios, que se enfrentaron a golpes con algunos legisladores. Uno de ellos era el líder de los socialdemócratas Zoran Zaev, quien fue visto sangrando de la cara.


Los manifestantes, simpatizantes del partido del gobierno en funciones VMRO, del ex primer ministro Nikola Gruevski, querían que hubiera una nueva elección, pues señalaron que la primera fue hecha fuera de tiempo. Algunos de los cerca de 200 manifestantes estaban enmascarados y testigos dijeron que había vidrios rotos en el piso y rastros de sangre en los pasillos.


La policía disparó granadas aturdidoras para dispersar a los manifestantes y permitir a los legisladores salir del edificio del parlamento. Tras la contundente actuación de los antidisturbios, la situación ha vuelto a la normalidad, aunque crece el temor a una espiral de violencia por la larga crisis institucional que vive el país desde hace dos años.`




El presidente del país, Gjorge Ivanov, hizo un llamamiento a la "calma y la no violencia", aunque incidió en que "todas las instituciones deben respetar la ley y la Constitución. Hoy en el Parlamento las leyes no se han respetado". Ivanov convocó a los partidos a reunirse con él a lo largo del viernes para tratar de solucionar la crisis política que vive el país.


El VMRO-DPMNE liderado por Gruevski calificó la elección de Xhaferi de golpe de Estado porque la sesión parlamentaria había terminado y porque desde las elecciones de diciembre no se ha podido constituir un Gobierno. No obstante, el propio Gruesvki aseveró que "la violencia no es la solución" y llamó a un cese de la tensión.


La política en la ex república yugoslava ha estado estancada desde una elección de diciembre la cual no ha permitido la conformación de un gobierno. El país carece de un poder efectivo desde 2015, a raíz de que un escándalo de espionaje tumbase la Administración del bloque nacionalista VMRO-DPMNE. Las últimas elecciones tuvieron lugar en diciembre de 2016, aunque desde entonces no se ha logrado formar Gobierno. El VMRO-DPMNE ganó con solo dos diputados de ventaja sobre los socialdemócratas, pero no logró renovar una alianza con el que durante muchos años fuera su socio de coalición, el DUI.


Zaev creó una coalición con partidos de etnia albanesa, pero sus intentos de formar un gobierno han sido bloqueados por el presidente del país. Los nacionalistas macedonios han estado protestando en las calles desde que Zaev intentó formar la coalición.


La elección de este jueves ha sido vista por algunos nacionalistas macedonios como un movimiento para mejorar el estatus de los albaneses, lo que denuncian como una amenaza a la unidad de Macedonia. El país estuvo cerca de una guerra civil en 2001 después de un alzamiento albanés, una etnia que representa un cuarto de la población del país y mantiene históricamente estrechos vínculos con Albania. Aunque la mediación internacional logró calmar la situación y en agosto de ese año se firmaron los denominados acuerdos de Ohrid, las tensiones étnicas aún persisten y también se trasladan al terreno político.


Desde hace casi dos meses Ivanov se niega a dar un mandato a los socialdemócratas y los principales partidos de la minoría albanesa, a pesar de que los vencedores de las elecciones, los conservadores, fueron incapaces de forjar una coalición de gobierno.


Ivanov argumenta que una alianza entre los socialdemócratas y los albaneses pondría en peligro la integridad del Estado, pues, en su opinión, esta coalición se ha establecido mediante la injerencia del primer ministro de Albania, Edi Rama.


El pacto de los socialdemócratas de Zoran Zaev y los partidos albaneses para otorgar más derechos a esta minoría, ha despertado los fantasmas de una federalización étnica del país, o incluso de la creación de una Gran Albania en los Balcanes.


El incidente causó respuestas internacionales. Una declaración de la Embajada de Estados Unidos en Macedonia, publicada en Twitter, condenaba la violencia: "No es consistente con la democracia y no es una manera aceptable de resolver las diferencias".


El secretario general de Organización para el Tratado del Atlántico Norte, la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo que "todos los partidos deben respetar el proceso democrático y participar en el diálogo, no en la violencia".


Y el comisario de la Unión Europea, Johannes Hahn, dijo que "la violencia no tiene espacio en el Parlamento, la democracia debe seguir su curso". "La violencia no tiene cabida en el Parlamento. La democracia debe seguir su curso", ha escrito en Twitter. En la misma línea se ha expresado el embajador sueco en Skopje, Mats Staffansson, quien ha subrayado que "es momento de diálogo y no de violencia". Staffansson ha hablado ante los medios en representación de las legaciones de la UE y Estados Unidos. El Ministerio de Exteriores alemán emitió asimismo un comunicado de condena.

(El País, BBC)




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