En el contexto de los inacabables avances y ataques por parte de Javier Milei sobre ciertos sectores del periodismo, nacional e internacional, desde la Casa Rosada publicaron un curioso mensaje para conmemorar el 3 de mayo, Día Mundial de la Libertad de Prensa.
En contra de la pauta
En el marco del Día Mundial de la Libertad de Prensa, el gobierno nacional publicó un comunicado en el que celebró la decisión de terminar con la pauta oficial, como acto para garantizar la libertad de expresión en el territorio argentino.
“Este 3 de mayo conmemoramos el Día Mundial de la Libertad de Prensa, celebrando la decisión del gobierno de haber eliminado la pauta oficial, garantizando así la libertad de prensa absoluta en Argentina“, expresa el comunicado que trascendió durante la mañana en las cuentas oficiales de la Casa Blanca.
La eliminación de la publicidad oficial del Gobierno Nacional (la famosa pauta) es una de las medidas de la gestión de Javier Milei más defendidas y celebradas por el mandatario y su séquito. Lo que se promueve como mecanismo para garantizar la libertad de expresión, va a contramano de las declaraciones de constante violencia y odio que le presidente de los argentinos tiene para con los trabajadores de prensa.
Desde afuera no la ven
Sin embargo, desde el exterior no parecen tener la misma convicción sobre las acciones políticas que el gobierno de Javier Milei tomaron, en relación a los medios de comunicación, los trabajadores de prensa y la libertad de expresión.
Según un informe de Reporteros Sin Fronteras (RSF), Argentina cayó 47 posiciones en los últimos dos años en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, quedando en el puesto número 87.
La caída en el índice que mide el ejercicio libre del periodismo y la divulgación informativa, se condice casi completamente con el tiempo que lleva Javier Milei como presidente de los argentinos.
Desde el RPF argumentaron que “en Argentina, el presidente Javier Milei ha estigmatizado a los periodistas, desmantelado los medios públicos y utilizado la publicidad estatal como arma política. El país se ha desplomado 47 posiciones en dos años“.
En consonancia, la directora editorial de Reporteros Sin Fronteras, Anne Bocandé, expuso que “cuando los medios de comunicación son económicamente frágiles, se ven arrastrados a la carrera por la audiencia, a costa de la calidad, y pueden convertirse en presa de los oligarcas o de responsables políticos que los instrumentalizan”.
La guerra contra de la prensa
La eliminación de la pauta oficial no es el único golpe que el gobierno libertario, dirigido por Javier Milei, le dio a la prensa y el periodismo. El programa económico del gobierno, cimentado en el ajuste y reducción del Estado a la mínima expresión posible, tuvo su capítulo en oposición al periodismo.
En marzo de 2024, anunciaron desde la Casa Rosada, el cierre de la agencia nacional de noticias Télam, como parte del programa de reducción del gasto público.
El proceso que incluyó la eliminación de todas las corresponsalías a lo largo y ancho del territorio nacional, concluyó con la transformación de Télam en la Agencia de Publicidad del Estado Sociedad Anónima Unipersonal (APE S.A.U.).
Así, la agencia de noticias encargada de comunicar y difundir información a la que otros medios no tenían acceso (por falta de recursos o ser poco interesante para la mayoría consumidora de las grandes ciudades), pasó a encargarse del desarrollo, comercialización y distribución de material publicitario para el Estado, tanto a nivel nacional como internacional.
En resumen, la agencia de noticias estatal, pasó a ser una empresa de desarrollo publicitario privada, para el Gobierno Nacional.
A esto se suman los constantes ataques y amenazas que el Presidente de la Nación, Javier Milei, continúa perpetrando de manera constante contra todo trabajador de prensa, o medio de comunicación, que se atreva a poner en cuestionamiento el rumbo que el Ejecutivo Nacional lleva desde diciembre de 2023.
A veces a través de sus voceros y trolls, pero casi siempre participando activamente desde sus cuentas personales, el presidente argentino ha calificado a periodistas que no son afines al gobierno, de “sicarios con credencial de supuestos periodistas“, sosteniendo que los argentinos “no odian lo suficiente” a los periodistas.
A esto se le suman las amenazas directas de meter presos a trabajadores de prensa mediante decretos, o la incitación a la violencia verbal y física sobre fotógrafos, camarógrafos, escritores, conductores y toda persona que forme parte de la estructura de medios de comunicación del país.