Durante la conferencia de prensa de hoy, el Vocero Presidencial acaba de anunciar la inminente privatización de AySA (Agua y Saneamientos Argentinos), la empresa encargada de gestionar el servicio de agua en CABA y GBA.
Adorni confirmó que el 90% de las acciones de la empresa serán transferidas al sector privado, a través de un esquema mixto que “combina una licitación pública nacional e internacional para seleccionar un operador estratégico y una oferta pública inicial para abrir el capital de la empresa a otros inversores”.
El funcionario, argumentó que la decisión fue tomada con base en datos estadísticos que reportan que la empresa, durante la gestión estatal, creció un 90% en su dotación, a la vez que adquirió deudas que alcanzaron porcentajes nunca antes vistos.
Además, remarcó el costo financiero y la inversión estatal que la empresa demanda: “Desde su estatización en 2006, AySA requirió aportes de los argentinos por 13.400.000.000 de dólares”. Con estas palabras, Adorni hizo referencia a uno de los principales objetivos del gobierno libertario, que consiste en “achicar” el Estado y dar mayores oportunidades de crecimiento a las empresas en el ámbito privado.
La noticia llega después de meses de tensión sufridos en la empresa, a raíz de los recortes aplicados y del estancamiento de los salarios, que motivaron protestas sindicales encabezadas por los trabajadores en 2024.
El anuncio de Adorni
“El Gobierno nacional tomó la decisión de iniciar el proceso de privatización de AySA”, expresó Manuel Adorni al inicio a la conferencia en la que abordó el nuevo desafío empresarial del gobierno. Y continuó explicando el esquema mixto bajo el que se realizará la transacción del 90% de las acciones.
“La privatización de la empresa permitirá modernizar el sector y mejorar el precio y la calidad del servicio. Es el paso más importante en el camino para la irremediable privatización de AySA” puntualizó, al argumentar los motivos por el que el Estado está interesado en concretar la venta.
El funcionario también comentó que los balances financieros de la empresa registraron una inversión de gran magnitud, que no concuerda con los “indicadores claves que muestran que hubo un fuerte deterioro en la infraestructura” del organismo.
Por ello, la decisión de iniciar la venta de las acciones sería hoy la mejor alternativa para el Gobierno, que también se encargaría de negociar la conservación de la planta de los trabajadores: “En la propuesta se incluye la permanencia de los empleados como accionistas de AySA dentro del Programa de Propiedad Participada actualmente vigente, el cual representa el 10% del capital social de la empresa”, finalizó.
Conflictos previos
Sin embargo, el anuncio de Adorni prolonga la tensión existente dentro de la empresa de suministro de agua, ya que los empleados se hallan en condición de protesta desde el año 2024, con motivo del congelamiento salarial, el retraso de los pagos y, más recientemente, los despidos registrados y el cese de contratos.
De hecho, en el mes de marzo se realizó un paro de 24 horas para protestar en contra del despido de 200 trabajadores de la planta, y ante la falta de respuestas del gobierno.
AySA y su vínculo con el Kirchnerismo
El hombre de confianza de Milei, también realizó señalamientos a las gestiones anteriores de la empresa, y a acusó de “utilización política” a quienes fueron los principales titulares de su cúpula.
“Se gastaron en AYSA más de u$s4.800 millones solo en la última gestión (…) La empresa funcionó como una plataforma de campaña, hubo u$s200 millones destinados a obras y el 25% de esas obras se asignaron a Tigre y Malvinas Argentinas, los dos municipios de donde provenía su cúpula directiva”, expresó el Vocero, en referencia a una presunta desviación de fondos realizada por Malena Galmarini y su esposo, el ex-candidato kirchnerista Sergio Massa.