Luego de haber sido diana de cuantiosas críticas por la aplicación temporal de las retenciones cero a los granos, el gobierno nacional confirmó este martes la baja de impuestos para el sector agropecuario, con la expectativa de que la medida impacte positivamente en los índices de producción del país.
Con la bandera del libremercado a cuestas, el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, anunció la decisión de disminuir el porcentaje de los gravámenes para la soja, el trigo, la cebada, el maíz, el sorgo y el girasol, con la finalidad de beneficiar las arcas de los productores.
El anuncio fue replicado y celebrado inmediatamente por la cúpula presidencial, que hizo gala de cumplir con la promesa de garantizar el alivio fiscal y reducir la mediación del Estado para incrementar las ganancias de los particulares y estimular el desarrollo y el empleo en el área.
La polémica por las retenciones cero
El pasado septiembre, Manuel Adorni, portavoz de la Presidencia y actual jefe de Gabinete, confirmó la aplicación, hasta el 31 de octubre, de las retenciones cero para los granos.
Al respecto, se pronunciaron titulares de organismos representativos del agro, como Carlos Castagnani, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas, que defendió la iniciativa como la respuesta a una demanda que históricamente fue desoída por el Ejecutivo.
Mientras que, desde el frente Provincias Unidas, liderado por Martín Llaryora, no tardaron en tildar al oficialismo de oportunista al pretender obtener una inyección de dólares para despegar la economía que, en aquel entonces, sufría de altos valores de riesgo país y precio dólar.
Vía X, el gobernador de Córdoba aconsejó a la gestión: “Las retenciones deben eliminarse por convicción, no por mera especulación financiera o electoral”. Y, a días de terminar el año, la cúpula libertaria recogió el guante para responder a las viejas críticas con una contundente propuesta.
La nueva medida de Caputo
Evidenciando su interés en priorizar al interior productivo, Caputo anunció su decisión de reducir los impuestos como un “nuevo paso en el alivio fiscal para el sector agropecuario”. “Eliminar las retenciones ha sido siempre una prioridad para el Presidente (…) Y seguiremos haciendo todo lo posible para alcanzar este objetivo”, agregó.
A continuación, el funcionario procedió a explicar la disminución de las alícuotas: la soja bajará de un 26% al 24%; los subproductos de soja, de un 24,5% a un 22,5%; el trigo y la cebada irán desde el 9,5% al 7,5%; el maíz y el sorgo pasarán a abonar del 9,5% al 8,5% y el girasol disminuirá desde el 5,5% al 4,5%.
Según argumentó, la iniciativa promoverá la competencia en el sector y estimulará el empleo, impulsando el desarrollo de las localidades favorecidas por la actividad, además de fortalecer la presencia del país en el mercado internacional.
“El camino es claro: menos impuestos, más producción, más oportunidades y trabajo para todos los argentinos”, concluyó.
Primeras reacciones
Entusiasmados con el nuevo proyecto de la gestión, los principales rostros del movimiento libertario celebraron la nueva hazaña de Caputo. Haciendo eco de la novedad, el jefe de Gabinete reiteró que el camino “siempre será el de bajar impuestos, siempre respetando el equilibrio fiscal”.
Y quien también tuvo algo que acotar fue Patricia Bullrich. La flamante senadora, que encabezará el bloque libertario en la Cámara Alta, festejó la iniciativa y vaticinó que “pronto vendrán más y mejores noticias para todos los argentinos desde el Congreso”.
Gabriel Bornoroni, homólogo de Bullrich en Diputados, aseguró que Javier Milei es el presidente que más retenciones bajó y pronosticó: “El campo argentino empieza a liberar su potencial (…) Muy pronto las retenciones serán solo un recuerdo del pasado”.
En contraste, desde el Frente de Izquierda se pronunció Gabriel Solano, legislador por CABA, que denunció la medida como una “transferencia de riqueza del Estado a los empresarios”, y cuestionó que “no hay plata para el Garrahan y las universidades, pero sí para los pooles de siembra”.