En un partido que responde a una constante dentro de la primer puesta en escena el nuevo Mundial de Clubes, la flú y los leones azules juegan el onceavo cruce entre CONMEBOL y UEFA, en lo que será el primer partido por un lugar en la gran final.
Una semifinal inesparada
Si hay algo que tiene el fútbol que lo hace un deporte tan apasionante y especial, es que por mucha diferencia teórica que haya entre dos equipos, hasta que no finalizaron los 90 minutos reglamentarios (más otros 30 y una serie de penales, según el torneo en disputa), puede pasar absulutamente cualquier cosa.
Esta condición de imprevisibilidad se demostró a lo largo de todo el Mundial de Clubes en gran medida. Si bien es imposible negar la diferencia en cuanto al nivel y calidad de juego que hay entre los clubes europeos y el resto del mundo, la región de Sudamérica no se quedó con los datos fríos y objetivos, y le recordó al mundo que parte del encanto del deporte más popular del mundo, es su capacidad de sorprender.
Los encuentros entre representantes de la UEFA y la CONMEBOL se fueron repitiendo de manera constante, al punto de ser la disputa entre organizmos internacionales de fútbol más repetida hasta el momento, superando incluso a los enfrentamientos entre clubes de la UEFA, que contaba con una importante mayoría de representantes en la competición (12 de los 32 equipos).
Esta tarde, se disputarán un lugar en la gran final, dos equipos cuyo encuentro se hacía imposible para cualquier análisis o predicción previa: por un lado, el Flamengo de Brasil, útimo representante de la CONMEBOL, se enfretará al Chelsea de Inglaterra para definir al primer finalista de la historia del nuevo Mundial de Clubes.
Brasil tiene algo que decir
El recorrido del Fluminense para alcanzar el sexto partido no estuvo ajeno a partidos difíciles, aunque es cierto que no tuvo a los mejores equipos europeos en el camino. Para empezar, formó parte del grupo F, uno de los más parejos de la competición.
La flú pudo tranquilamente quedar eliminada antes de alcanzar los octavos de final. Superó la primera instancia con apenas una victoria y dos empates, siendo de los primeros equipos en dar la nota al empatar con el Borussia Dortmund, para posteriormente ganarle con comodidad al Ulsan Hyundai de Corea del Sur.
Sin embargo, el partido de la última fecha contra el Mamelodi Sundance estuvo a punto de convertirse en la última presentación de la flú en el Mundial de Clubes. Finalmente, lograron sostener el empate que les dio la clasificación.
En la primera serie eliminatoria, al pasar segundo, tuvo que enfrentarse contra el ganador del grupo E, el subcampeón de la Champions League, Inter de Milán. El partido salió a favor de los brasileños dando un nuevo batacazo contra los clubes europeos.
Por último, en el paso previo a la semifinal, tuvo que jugar contra el otro equipo revelación del certamen, el Al Hilal de Arabia Saudita, que venía de eliminar al Manchester City. Los del Brasileirao sufrieron en un partido parejo que lograron llevarse por la diferencia mínima.
El último del “big six”
Por su parte, el Chelsea, tuvo un recorrido similar en cuanto a la dificultad teórica que su rival en las semis. Habiendo pasado segundo del grupo D, por debajo del Flamengo, único equipo que venció a los leones azules en el certamen.
Para las eliminatorias, tuvo que enfrentarse primero al Benfica, en un partido que duró 120 minutos y que se definió en los últimos cinco en los octavos de final; y al Palmeiras en otro encuentro parejo, pero que no llegó al tiempo extra, en los cuartos.
El partido que definirá al primer finalista del Mundial de Clubes arrancará a las 16:00 hora argentina.