Argentina cada vez más lejos del hidrógeno verde y el azul. Podría desarrollar un poderoso color diferente dentro de su territorio.
Una revelación en Argentina
Tanto el hidrógeno verde como el azul parecían ser la energía del futuro. Debido a que se trata de energías limpias que no generan gases negativos para el medioambiente. No sólo eso, tienen un potencial enorme y son sostenibles en contraste con los combustibles tradicionales.
En el último tiempo, científicos de todo el mundo trabajaron en su estudio para lograr su incorporación a los procesos de producción. Pero el camino del hidrógeno encontró importantes desafíos para su implementación. Sobre todo debido a la complejidad de su proceso y el alto costo que implica.
Por su parte, Argentina viene trabajando en la incorporación de energías renovables. Principalmente solar y eólica, en distintos puntos de su territorio. Pero los expertos señalan que desarrollar el hidrógeno en este país sería dificultoso dado que los costos para producirlo son muy elevados, en relación a otros países.
Es decir, producir hidrógeno verde, requiere un costo de capital enorme para empezar. Además, de la complejidad que implica el transporte de este combustible. Sin embargo, encontraron un color alternativo que podría ser la solución.
Este nuevo color no exige un capital colosal como punto de partida. Además, podría agregar valor a la explotación de gas en el extraordinario yacimiento de Vaca Muerta. Se trata de hidrógeno turquesa, que se obtiene por un proceso diferente, más sencillo y sobre todo menos costoso. Este descubrimiento sería fundamental para las energías del futuro en el país.
El método: la clave de este color de hidrógeno
Mientras que el hidrógeno verde es habitualmente considerado la alternativa ideal, al momento, continúa siendo demasiado caro y complejo para incorporar a la producción a gran escala. Además del hecho que requiere de grandes cantidades de electricidad renovable para ser verdaderamente ecológicos.
El azul, por su parte, se sirve de la emisión de grandes cantidades de dióxido de carbono que se deben capturar y almacenar pero es sumamente complejo realizarlo de forma segura.
Sin embargo, el hidrógeno obtenido por pirólisis de metano (el turquesa) sorprendió a todos ya que supera estos obstáculos. Dado que extrae el carbono en estado sólido, sin necesidad almacenarlo. Además, puede adoptar diversas formas y morfologías, incluido el negro de humo por lo que agiliza significativamente el proceso.
Funciona mediante un proceso químico sencillo donde el metano se descompone en gas hidrógeno y carbono sólido. Para esto requiere de temperaturas extremas, superiores a los 1000 °C, para lograr romper los enlaces entre el carbono y el hidrógeno.
El futuro del hidrógeno
El desarrollo de hidrógeno turquesa, según los especialistas, logra crear un coproducto muy valioso que transforma la ecuación económica. De esta manera, esta fuente de energía resulta eficiente y rentable dado que se integra fácilmente a la infraestructura existente.
Su método resulta clave para producir un producto limpio y darle otra forma de exportación convirtiéndolo por ejemplo en amoníaco o en productos a base de hidrógeno.
En este sentido, una start-up de Techint llamada Tulum, instalará próximamente una planta piloto del innovador hidrógeno turquesa en México para abastecer la demanda industrial. Alejandro Solé, líder de la organización resalta el potencial argentino en Vaca Muerta. Y advierte que, si los resultados de la tecnología implementada allí responden a lo esperado, la start-up podría replicar una planta en la Argentina.
Los expertos remarcan que el desarrollo de hidrógeno turquesa, brinda una solución escalable, eficiente y rentable que puede responder la demanda industrial. Este color de hidrógeno que revolucionó el mundo podría ser la llave secreta para avanzar rápidamente hacia la transición energética en este país.