Desde el silencio, la Central Nuclear Atucha está todavía al frente en la generación de energía eléctrica que se brinda para todo el país. Siendo la tendencia marcada por las potencias, la demanda vinculada a potenciar el desarrollo de estas fuentes más eficientes y sustentables requieren una gran preparación. Por eso, en Atucha, los argentinos ven con cuidado lo que se genera poco a poco y causará en algún momento un potente dolor de cabeza. La Armada ya ha puesto manos a la obra.
Atucha, el tesoro argentino
Desde 1974, la primera Central Nuclear Atucha empezó a funcionar con una potencia envidiable para los países de la zona. Actualmente, sumando Atucha I, Atucha II y Embalse, se consiguen un total de 1763 MW, lo provee de energía eléctrica a más del 8% del país. Sin embargo, hay otras tantas centrales que todavía están en mantenimiento y en pleno proyecto de construcción. El plan nuclear en el país toma fuerza con el paso del tiempo.
Sin embargo, ante el uso peligroso de combustible que daña a las personas y que no debe entrar en contacto con el aire libre, como el uranio, los expertos encendieron sus alertas y llevaron hasta a la Armada Argentina para intervenir en la cuestión. Sirviendo como un paso clave hacia el fin del uso de combustible fósil, la energía nuclear gana protagonismo, pero puede significar una preocupación a pesar de ser la alternativa más limpia como segura.
Alarmas encendidas en Atucha
A través de una actividad organizada por la empresa Nucleoeléctrica Argentina, al frente de las centrales nucleares ubicadas en Lima, provincia de Buenos Aires, se decidió profundizar en el planeamiento de emergencia del lugar. Con el objetivo de estar preparados ante cualquier problema interno o externo, el centro de capacitación de Atucha fue protagonista de la exposición que pondrá en alerta a los trabajadores en ocasiones que alteren la normalidad.
Con el trabajo en conjunto de ARN, Autoridad Regulatoria Nacional, otras autoridades nacionales como miembros del Ministerio de Seguridad, Defensa Civil o la propia Armada Argentina, el trabajo fue llevado con éxito y la prevención parece estar lista por parte de los trabajadores. No quedan dudas de que la influencia de la OIEA, Organismo Internacional de Energía Atómica, tiene mucho que ver con esto, ya que pretenden apaciguar posibles riesgos en todo el mundo.
Tanto científicos, el personal común y la seguridad de Atucha tuvo su propia capacitación, ya que cada uno cumple un rol diferente para que el desarrollo de la Central Nuclear funcione tal y como los argentinos quieren. Sirviendo como una manera de profundizar en los cuidados del medioambiente, dejando atrás posibles catástrofes como la sucedida en Fukushima, también pretenden conformar un plan de emergencia a nivel convencional.
Volvió para quedarse
La actividad de la Central Nuclear de Atucha, precisamente su número II, volvió a operar tras un largo mantenimiento a finales de 2024. En un momento clave de demanda de energía eléctrica, en pleno verano, el establecimiento de Nucleoeléctrica pudo pasar con éxito la reforma para así comenzar otra vez a generar energía limpia. Esto generó que, otra vez, vuelvan a estar disponibles 745 MW de potencia. Un hito importante para el país.
El plan de respuesta ante emergencias a nivel nuclear, tanto ante factores externos como internos, provocan que Argentina se mantenga como un competidor serio en generación de energía de dicha índole. El desarrollo todavía está por verse, pero esta advertencia que involucra hasta a la Armada Argentina es un paso hacia adelante para evitar peligros y tener más variantes a los 8 pasos que se esperan para 2025.