Son miles los intereses que arrastran al litio a ser uno de los recursos más buscados en el planeta. En este contexto, Argentina ha generado diversos convenios, asociaciones y producciones a gran escala para mejorar la matriz industrial de la minería. No obstante, desde China llegó un cambio que combina la tecnología de última generación con las soluciones sustentables, protegiendo el medioambiente como pocos inventos.
El valor del litio
Las baterías de iones de litio están en pleno auge y se suman como las más populares entre las de última generación. Consiguiendo una mejor conductividad con este recurso natural que abunda en Argentina, pero escasea en otros países, hay una gran brecha por explotar. Pero, aunque parecía no tener competidor a gran escala, el país ahora recibió una noticia dura para el valor del mismo, ya que el competidor llegó para quedarse.
En una época en la que abundan alternativas energéticas para mejorar la eficiencia o no dañar el medioambiente, este tipo de batería en particular, con tecnología china de punta, promete ser menos dañina y más económica en el mercado. Tengamos en cuenta que el litio es uno de esos elementos poco conocidos y que, debido a su exclusividad, son de los más caros en el mundo de la minería.
La solución al problema
Todo surge a partir de una biobatería, como le llaman los propios creados chinos, un grupo de investigadores del Instituto de Tecnología Avanzada de Shenzhen. Y es que esto se debe a la particularidad de poseer en su interior microorganismos que generan la energía. Dejando de lado parcialmente al litio o al cobalto, dos de los elementos más requeridos en este cambio de tecnologías, muchos lo ven como una mala noticia.
Y es que, particularmente en Argentina, grandes inversiones se han hecho y se harán con respecto a las alianzas para reforzar el sector productivo de litio. Frente a esto, muchos mostraron preocupación por la posibilidad de quitar de primera plana al litio. Si bien su impacto ambiental es grande, requiriendo litros y litros de agua para su extracción, hay datos particulares que traerán cierto alivio.
Por ejemplo, el hecho de que su densidad energética sea inferior al litio, hace que no aparezca como un sustituto ideal, pero sí un salvavidas por si los demás circuitos fallan. Sin embargo, la viabilidad bacteriana hace que su consistencia sea significativa. Ahí sí sumando puntos en la comparación con las famosas baterías de litio. Estas biobaterías, además, destaca por su nula presencia de agentes tóxicos.
Lo que permitiría sin dudas usarlo para avances tecnológicos en medicina y, con una fácil creación, posicionarlo como la alternativa ideal. Pero hay un dato importante a considerar, y es que, a diferencia del litio, esta biobatería que genera energía a partir de organismos vivos dentro de ella, no puede ser tan potente como las que buscan desde las empresas de tecnología para el desarrollo de dispositivos de alta gama. Con esto, el litio no tiene competencia.
Los detalles del invento
Combinando la implementación de la tecnología y las soluciones biológicas, estas biobaterías pueden ser creadas a partir de impresoras 3D. Por lo que, abaratando más costos y evitando la minería, crean este objeto listo para que la conducción de los iones se dé con facilidad por ella. Con apenas 2 milímetros de diámetro, quedan en manos de todos una solución increíble.
En Argentina, a pesar de las grandes reservas de litio alojadas bajo el suelo, esto no debe ser un mensaje alarmista, sino una toma de reflexión. Y es que, con los avances, ya hay alternativas que benefician a unos y perjudican a otros. En este caso, el litio sigue firme como uno de los elementos más valiosos, pero con competidores de otra naturaleza.