Argentina todavía recuerda una de las mayores decepciones que vivió al creer que tenía en su poder una reserva de energía inconmensurable. La energía es un recurso esencial para desarrollar nuestra vida cotidiana y es vital para el correcto funcionamiento de un gran número de prácticas humanas: desde encender las luces hasta usar dispositivos electrónicos. El acceso a diferentes formas de energía ha permitido que el ser humano transforme la manera en que vive, trabaja y se comunica.
En este contexto, el petróleo es un recurso no renovable que ha cambiado radicalmente la sociedad moderna. Un líquido oscuro que se extrae de yacimientos subterráneos y se refina en productos como gasolina, diésel y queroseno. Tiene diversas aplicaciones en rubros variados, como transporte, producción de electricidad y fabricación de plástico, entre otros. No obstante, la dependencia al petróleo trae consigo retos considerables, como el agotamiento de los yacimientos y la inestabilidad de los precios en el mercado internacional.
Además, su combustión contribuye a la contaminación atmosférica. Aunque la alta huella ambiental que dejan los combustibles fósiles está derivando en un creciente interés en las energías renovables, los hidrocarburos siguen constituyendo una pieza clave de la matriz energética. De hecho, el gas y el petróleo siguen teniendo un lugar protagonista en el sector energético argentino.
Argentina se ilusionó con esta reserva de energía, pero no fue lo que esperaba
Así las cosas, Argentina ha descubierto una de las mayores reservas de petróleo del mundo en Vaca Muerta. Sin embargo, los desafíos económicos y medioambientales que derivan de este descubrimiento podrían echar abajo todas las expectativas que hay puestas sobre el proyecto.
El año 2011 significó un antes y un después para el país, que transitó una gran expectación cuando la petrolera YPF, antes controlada por el grupo español Repsol, anunció el hallazgo de una gran reserva de petróleo no convencional del planeta.
La zona, situada en la región de Neuquén, fue apodada Vaca Muerta, con una estimación inicial de 927 millones de barriles. El escenario parecía de lo más prometedor. Parecía que Argentina tenía frente a sus ojos un yacimiento que podía cambiar para siempre las cosas.
Quizás cambiaría el mercado energético nacional y lograría que el país fuera autosuficiente en energía. Aunque fue un momento de expectación, que en ocasiones sigue resurgiendo por hallazgos históricos como este, hoy el interés en Vaca Muerta se está perdiendo.
¿Qué hay en Vaca Muerta?
Principalmente, el yacimiento de Vaca Muerta se compone de petróleo de esquisto y gas de esquisto, dos recursos que se extraen a través de la avanzada técnica de fracturación hidráulica, popularmente conocida como fracking.
Es una tecnología eficaz, pero acarrea cuestiones ambientales severas, como la contaminación de los recursos hídricos, el incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero y la posibilidad de que sucedan pequeños terremotos en áreas cercanas a las zonas de fracking.
Sumado a esto, la explotación de petróleo de esquisto puede provocar problemas de salud pública en las comunidades cercanas, debido al impacto generado en el medioambiente y la contaminación del aire. Si bien Argentina planteó la explotación de Vaca Muerta como una vía para ser independiente a nivel energético, el mercado del petróleo no convencional resultó más desafiante de lo esperado.
Proyección de futuro de Argentina con Vaca Muerta
El petróleo de esquisto registra un menor valor comercial que el petróleo tradicional, aspecto que dificulta un retorno financiero óptimo. La mayor parte de este tipo de petróleo se usa para la producción de fueloil, un artículo menos rentable. Asimismo, Argentina se ha topado con varios obstáculos en cuanto a infraestructura a la hora de transportar el petróleo extraído de Vaca Muerta hacia diversos mercados internacionales.
La falta de oleoductos en condiciones adecuados y la necesidad de inyectar fuentes inversiones en logística interna han hecho que la exploración planteada como un paraíso energético sea mucho más cara de lo contemplado.
Vaca Muerta ha demostrado su potencial con importantes reservas de petróleo y gas, pero el futuro de su exploración todavía es incierto. Está frente a desafíos que van más allá de la extracción de petróleo. Argentina pensó que estaba frente a la salvación que llevaba años esperando, pero sacarla adelante no será tan fácil. De hecho, el mundo ya está perdiendo interés por lo que tenemos allá.