Argentina, y el mundo entero, están en vilo frente al último descubrimiento anunciado sobre el apodado “oro blanco” del siglo XXI. Esta es la denominación que se le está dando en nuestros tiempos al litio. El metal más liviano de la tabla periódico se considera el impulsor de la revolución eléctrica, siendo una pieza clave en el desarrollo de baterías para dispositivos móviles y vehículos electrificados.
Descubierto en 1817, el litio comenzó su producción comercial hace más de 110 años. Su primera gran demanda tuvo lugar durante la Guerra Fría como insumo combustible. No obstante, su uso a gran escala llegó a la industria de las baterías cuando sustituyó al níquel como sustrato químico básico. La previsión es que su demanda aumentará exponencialmente en los próximos años, por lo que es un bien preciado y sumamente buscado en el mundo.
La mayor parte del litio proviene de enormes estanques de evaporación de zonas como Chile, Argentina y Bolivia. Las compañías bombean salmueras saladas que contienen litio de acuíferos subterráneos a grandes piscinas poco profundas y esperan que el Sol se evapore la mayor parte del agua, focalizando los iones de litio. Después, fusionan productos químicos que logran que el litio se convierta en carbonato de litio sólido.
Argentina, en shock al descubrir lo que está pasando con el “oro blanco”
Ahora, Argentina se ha quedado en shock al descubrir lo lejos que ha llegado un laboratorio en otra parte del mundo. Un grupo de científicos parece haber hallado una forma más rápida y limpia de extraer litio de los residuos de las baterías. Debido a la creciente demanda, ya se ha planteado la posibilidad de recuperar el litio de las baterías gastadas. Un proceso que resulta agotador para el medio ambiente y altamente ineficiente.
Bajo este marco, un equipo de investigadores de la Universidad de Rice (Houston, Texas) liderado por Pulickel Ajayan está tratando de cambiar esta realidad. En su último estudio publicado en Advanced Functional Materials, los investigadores mostraron al mundo un sistema rápido, eficiente y respetuoso con el medio ambiente recuperar de manera selectiva el litio haciendo uso de radiación de microondas y un solvente biodegradable.
Una información que la interesa especialmente a Argentina, territorio con varios yacimientos de litio. De hecho, uno de ellos parece de ciencia ficción. “Ofrece” oro negro y oro blanco al mismo tiempo.
Argentina, impactada por lo que se descubrió en Estados Unidos
Los hallazgos de los expertos estadounidenses ponen de manifiesto que el nuevo procedimiento es capaz de recuperar hasta el 50% del litio en los cátodos LIB (Batería de iones de litio) gastados en apenas 30 segundos, superando un relevante cuello de botella en la tecnología de reciclaje de LIB. Comparado con los sistemas de calentamiento tradicionales como el baño de aceite, el calentamiento asistido por microondas puede alcanzar eficiencias parecidas casi 100 veces más rápido.
Por ejemplo, empleando el procedimiento basado en microondas, el equipo manifestó que necesitaban 15 minutos para lixiviar el 87% del litio comparado con las 12 horas requeridas para adquirir la misma tasa de recuperación por medio del calentamiento del baño de aceite. Este sistema revolucionario podría mejorar de forma drástica la economía y el impacto ambiental del reciclaje de LIB, brindando una solución sostenible a un problema mundial en alza.
Argentina no pierde de vista los últimos avances en materia de litio
Además del método mencionado en las primeras líneas de este artículo, otra forma de extraer litio es de las rocas. Sin embargo, la evaporación solar puede demorar más de un año y los estanques se extienden a lo largo de cientos de kilómetros cuadrados en desiertos frágiles y costosos de levantar y conservar. Ahora, los investigadores están intentando sustituir la luz solar con electricidad.
Diferentes resultados de laboratorio recientes afianzan la posibilidad de purificar el litio en instalaciones con huellas más acotadas que los estanques de evaporación y aprovechar otras formas de salmueras con concentraciones de litio más discretas, incorporando las aguas residuales de las actividades de petróleo y gas y los lagos de agua salada.
La idea no es nueva, pero todavía presenta problemas. La instalación consume grandes cantidades de electricidad y una buena parte de ella va a la dirección de formación de oxígeno. Investigadores dirigidos por Zhiping Lai, químico de la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdullah (KAUST), publicaron los últimos avances sobre este enfoque en la revista Science.
Utilizan electrodos de fosfato de hierro para ejecutar sus deseos. Aunque su configuración no genera electricidad neta, han demostrado un formato a escala piloto 100 000 veces más grande que los dispositivos de sobremesa. El equipo de KAUTS trabaja de la mano del gigante petrolero Saudi Aramco para desarrollar una versión comercial de su reactor que purificará el litio de las salmueras de aguas residuales recuperadas de los pozos de petróleo.
Si esta tecnología arroja buenos resultados, la misma química permitiría que sea económica la recuperación del litio para fuentes más diluidas, como las presentes en los lagos salados de todo el planeta. Argentina sigue en vilo para adelantarse y que su territorio siga siendo una fuente atractiva de litio. Mientras tanto, mira de cerca a China, que está construyendo unos rascacielos impactantes, tanto que el mundo podría perder el interés en el litio argentino.