Se acerca una época del año clave para Argentina y, con una decisión que inquieta a muchos, se abre un debate más que interesante. Desde las autoridades principales, los argumentos de esta medida que parece ir contra la corriente son lanzados y aceptados por muchos otros. Pero, a pesar de lo que parece razonable, entran dudas y la energía vuelve a estar en el eje de la discusión. Estamos hablando de un gesto preciso que se ha realizado a pesar de la gran producción que se da en Vaca Muerta, donde están los yacimientos más importantes del país.
El gas y una decisión inesperada
Estamos hablando de que la producción de gas ha crecido como nunca antes en Neuquén. Vaca Muerta, significando el 67% de la actividad argentina en esta materia. Queda claro que la resolución de bajar la productividad durante las épocas que no sean invierno viene de la mano con una menor demanda a nivel nacional del gas. Pero, a diferencia de otros años, 2025 viene acompañado de exportación masiva del preciado recurso.
De este modo, la actividad no para en invierno, por lo que en Argentina se han dado raros movimientos que no estarían justificados según lo que muchos esperaban. La capacidad energética del país es alta, por lo que todos los habitantes deberían estar provistos de gas al menos en su hogar. Aunque lo que realmente perjudica a muchos tiene que ver con la infraestructura para llegar a la mayoría de casas. Algo así sucede con la decisión inédita.
Insólita resolución: tiene su razón
La capacidad de autoabastecerse de gas en Argentina es real. Sin embargo, en este año 2025, la decisión de las autoridades ha sido la de importar gas para llegar a zonas en las que el consumo es alto y están alejadas de los yacimientos. Estamos hablando de las provincias más pobladas del país. Las mismas, al estar lejos de Neuquén, precisarán de la importación de gas natural para el consumo interno. Aunque parezca extraño, la razón existe.
Según los expertos en la materia, la matriz necesaria para transportar todo con nuevos gasoductos significaría un gasto sumamente alto para el Estado. Y sería exclusivamente para los días más fríos del invierno en Argentina. Es decir, para los meses de mayo, junio y julio. La activación de estos, la instalación de la infraestructura y el personal disponible para el trabajo, haría más caro todo el trabajo que simplemente importarlo.
Por eso, ya es una realidad que el GNL está llegando a las costas de Argentina. Con un total aproximado de 14 buques de gas para abastecer las necesidades de Buenos Aires y las provincias cercanas, el movimiento extraño está justificado. La demanda durante estos días, los más fríos en el año, sin dudas requerirán mucho gas disponible. Se espera que los picos de frío sean los más altos de los últimos años. Por eso, preferible estar provisto de todo.
Ahorrando problemas
En 2024, cuando la situación parecía controlada, Argentina pasó por un dolor de cabeza sumamente importante. La alta demanda de gas hizo que, con poco disponible para el abastecimiento, se deba cortar el suministro para las empresas e industrias. Priorizando así a los hogares particulares. Esto parece estar resuelto para el 2025. La compra del gas que ya están llegando en buques y las próximas entregas serán un alivio importante.
En cuanto al número de importaciones, con respecto a años anteriores, ya se ha notado una disminución en la cantidad de barcos que llegan al país. Antes, en 2023, llegaron unos 30 licitados por ENARSA. A diferencia de los que parecen estar listos para bajar en este 2025: unos 17 buques. La bajada en importaciones parece ser progresiva, pero el motivo haría que, al menos por ahora, se mantengan al mínimo.