Hay vientos de cambio y en Argentina una región en particular ve una variación importante en el paradigma actual en materia productiva. A pesar de que las condiciones de sus suelos, el tiempo y los estudios que se dieron alrededor de la papa hicieron fuerte a esta ciudad en particular, todo dará un giro de 180 grados para decantarse, finalmente, por las nuevas tecnologías que no dañan el medio ambiente. Revolucionando el sector, el crecimiento de una alternativa energética tiene consigo la posibilidad de escalar como en ningún lugar del país.
Desarrollo sustentable a gran escala
Los tubérculos son una historia del pasado para esta ciudad bonaerense que ahora tendrá en su terreno la posibilidad de aprovechar los grandes vientos que corren por la zona. Antes, sin matriz desarrollada, las ventiscas pasaban desapercibidas. Ahora, con un desarrollo sustentable a la vista, el rédito económico para los empresarios y terratenientes ya es una realidad.
Si bien la agricultura permanecerá siendo el foco de la actividad económica en esta zona rural, aparece una manera de crear energía sin dañar el planeta y como medio para solventar las dificultades de la distribución eléctrica, lo que afecta a muchas partes de Argentina. En esta ocasión, inversiones de hasta 240 millones de dólares son las que cayeron para que se haga realidad aquello que parecía un simple sueño.
Viento convertido en energía eólica: una realidad para las industrias
Estamos hablando de un parque único fabricado en Buenos Aires, precisamente en Tandil, con el nombre de Parque Eólico La Elbita. Allí, unos 36 aerogeneradores o turbinas de última generación se distribuyen para crear energía eólica limpia y que es capaz de abastecer miles de hogares. Sin embargo, el principal objetivo buscado es alimentar a las industrias de la zona que se dedican a la agricultura y procesamiento de alimentos.
Este Parque Eólico La Elbita tiene más de 1400 hectáreas de tamaño y la capacidad de generar 705 mil MWh de forma anual. Así, la emisión de miles de toneladas de dióxido de carbono, tan perjudicial para el ambiente y la población, se evitan. Claramente, es un punto de partida hacia la búsqueda de la transición energética tan necesaria en Argentina, donde no se ha puesto tan en evidencia la complejidad del asunto, quedando en segundo plano.
No obstante, por obra de empresas privadas, tanto locales como multinacionales, esto se hizo realidad para consolidar a Genneia, una de las compañías instaladas en la materia en Argentina, como la líder en soluciones del estilo. La inversión está llegando en partes y comenzó todo en 2022, con fecha final para 2026, cuando los proyectos de expansión a otras provincias concluya.
Y es que no se trata de simplemente el Parque Eólico La Elbita, Genneia busca asentarse con otras ambiciosas obras como Malargue I, Anchoris, Tocota III, San Juan Sur y más, todas ubicadas en la zona del Cuyo. En total, son 15 parques que quieren ser instalados en el resto del país con aerogeneradores o turbinas de viento que transformen esto en energía eólica, limpia lista para ser utilizada.
Más cambios a futuro
Genneia tiene competidores a nivel de energía eólica en el país, pero pocos como esta empresa han conseguido financiación a gran escala para consolidarse. Entrando en detalles, el Banco de Desarrollo de Países Bajos dejó un préstamo de 85 millones de dólares para desarrollar esta manera de generar electricidad limpia, con objetivo en la transición energética. Por eso, ampliaciones con infraestructura moderna está en sus planes.
Esto sucede en el mismo sentido que Genneia quiere potenciar la energía solar, apta para el territorio tanto de Tandil como de otros sectores del país, beneficiados por el buen tiempo y siendo una mina de oro en cuanto a generación de energía renovable y sustentable.