Si bien la situación energética plantea alternativas únicas que sirven para generar la electricidad necesaria a gran escala, cubriendo las exigencias de millones, como sucede en Argentina, hay una obra increíble que se da a más de 3 kilómetros de altura. Con dificultades importantes a la hora de su construcción, podemos estar hablando de una reliquia de la ingeniería y la arquitectura, que ha requerido millones de dólares de inversión.
Una obra que pocos alcanzan
Las fuentes renovables abundan en ciertos países del planeta, pero son pocos los que aprovechan el potencial que tienen. Argentina, por su parte, tiene grandes centrales hidroeléctricas, como sucede con Yacyretá en el Río Paraná. Gracias a su potencia, se cubre la necesidad de gran parte del país en materia eléctrica. Un total de 21 mil millones de kWh al año son producidos.
Sin embargo, esta no es la única obra de naturaleza hidroeléctrica que existe, ya que, con el agua de otras zonas, como en El Chocón o Piedra del Águila, Argentina tiene consigo otras fuentes importantes de donde crear esta energía renovable. Pero nada se asemeja a la obra que permite a más de 3000 metros de altura generar una cantidad inconmensurable de energía para un país de mayor tamaño que el argentino.
Millonaria inversión y millonaria retribución
Estamos hablando de un par de obras que se han puesto en marcha en China en materia de energía hidroeléctrica. El primero de ellos ya está en marcha y avanza a pasos agigantados, se llama Shuangijangkou y está en el suroeste chino. Con unos 300 metros de altura, la inversión es millonaria para poder mover con seguridad los elementos necesarios en la construcción de la misma. Allí, la potencia es de 2000 MW.
Con capacidad de brindar energía a más de 2 millones de personas en China, esta obra solo sería superada con la planta hidroeléctrica que también está siendo diseñada para su pronta construcción: Yarlung Tsangpo. Una represa que requiera la inversión de 137 mil millones de dólares para crear unos 300 mil millones de kWh al año. Estará construida en la zona del Tíbet, con caída de más de 3000 metros de altura, en un delicado lugar para lo geopolítico.
El monto de dinero destinado a estos proyectos a gran escala, que no tienen comparación con ningún otro en el planeta, es tan grande que sin dudas pretende cambiar la dinámica energética en el país. China, de esta forma, pretende subir el 13% de la dependencia de la energía hidroeléctrica de los usuarios a un porcentaje mayor. Pero no es la única energía renovable a aprovechar, ya que pusieron otros millones de dólares en la eólica y solar.
No solo Argentina es un escenario propicio para el desarrollo de estas fuentes renovables por su clima y terreno, hay otros países, como China, que sí ponen en desarrollo los proyectos inigualables. Con colaboración estatal, el país asiático se considera líder en obras hidroeléctricas. Estas dos obras almacenarían la energía suficiente para satisfacer las necesidades de 3 millones de personas en esta zona del oeste del país.
Contraparte clara
Estos 137 mil millones de dólares forman parte del Plan Quinquenal chino, que quiere dejar de lado la emisión de gases que tanto contaminan el ambiente, pero tiene también un punto negativo: daño a la biodiversidad y destrucción de la cultura local. Dejando sin hogar a varios habitantes del Tíbet, esta represa y la planta hidroeléctrica ocuparán territorios en donde los ciudadanos actualmente viven.
El avance en materia renovable en China es envidiable para la mayoría que pretenda realizar la transición energética. Según datos, en 2024, se sumaron más de 356 GW de producción en el suelo chino. Récord para cualquier otro del primer mundo.