Argentina se aproxima a hacer historia. Está dispuesta a abrir un agujero profundo para sentar un precedente en el mundo. Para entender de qué se trata su nueva iniciativa, tenemos que reparar obligatoriamente en el concepto de energía geotérmica. Un término que se refiere a una energía que aprovecha el calor acumulado bajo la corteza de la Tierra. Produce así la desintegración radiactiva de minerales. Dicho calor se halla en reservorios subterráneos de agua y vapor que, por medio de perforaciones profundas, se liberan para la producción de electricidad.
Uno de los beneficios más notorios de la energía geotérmica es que puede crear electricidad de manera continua. Este aspecto transforma la energía geotérmica en una alternativa estable y fiable para la transición energética en la que está involucrado el país. Argentina cuenta con varios proyectos de esta índole repartidos en zonas geológicas óptimas como la Puna, Cuyo y el norte de la Patagonia.
El Volcán Copahue de Neuquén destaca entre los proyectos más avanzados. En su primera etapa, esta iniciativa podría originar 30 MW. Aunque Argentina atesora un potencial geotérmico interesante, su desarrollo se topa con varios obstáculos, como su elevado costo inicial de exploración y perforación y la compleja aceptación social. En el caso del Volcán Copahue, las protestas de las comunidades locales han ralentizado su progreso.
Argentina está dispuesta a llegar hasta las últimas consecuencias por la energía geotérmica
Tras asegurarse que se aproxima una lluvia de U$S 6000 millones, Argentina no deja de buscar oportunidades para impulsar su potencial geotérmico. Bajo este marco, llega una noticia que podría cambiar el mapa actual. Catamarca avanza con una iniciativa de energía geotérmica para fomentar su desarrollo minero.
La compañía estatal CAMYEN (Catamarca Minera y Energética Sociedad del Estado) vislumbra un progreso importante en una ambiciosa iniciativa de geotermia en Cerro Blanco.
Este es un punto fundamental de Antofagasta de la Sierra, en el Noroeste Argentino (NOA). La meta es diversificar la matriz energética de Argentina mediante una fuente renovable. Asimismo, se busca aprovechar el calor del subsuelo para brindar suministro energético a la minería de la región.
Con este proyecto, se pretende instaurar un antes y un después en la historia alzando este desarrollo geotérmico como el primero del país apoyado por el Consejo Federal de Inversiones (CFI). En estos momentos, atraviesa una fase inicial crítica. Aún están saliendo a la luz datos que trazarán el modelo conceptual del yacimiento.
Argentina liberará presión de la Tierra, aunque ese no es su único objetivo
Al extraer calor de la Tierra con este proyecto de Argentina, será cómo “liberar” presión. CAMYEN procedió a la firma de un acuerdo con Proingeo, consultora especializada, que al mismo tiempo suscribió un convenio con el CFI para la financiación de los análisis requeridos. Las proyecciones actuales son que el informe completo esté preparado en cuestión de cinco meses.
Lo que se ha sabido hasta ahora es que Cerro Blanco es un reservorio geotérmico de alta entalpía. O sea, que cuenta con una temperatura y presión óptimas, con temperaturas que sobrepasan los 1001C, que lo transforma en una ubicación apta para la producción eléctrica a escala comercial. Los estudios han puesto de manifiesto una capacidad mínima de 14 MW con un 90% de certeza, además de un potencial que podría rebasar los 50 MW con un 50% de probabilidades.
Proyección de futuro del proyecto geotérmico clave de Argentina
El estudio geotérmico vislumbra 6 fases: recopilación de datos, reinterpretación geoquímica, relevamiento estructural, prospección magnetotelúrica, reinterpretación de datos e integración de todos los resultados en un sistema conceptual geotérmico sólido.
Después, CAMYEN comenzará un proceso de búsqueda para encontrar un socio estratégico o inversor internacional para el desarrollo del campo. Argentina hará historia. Algo que ya se presuponía después del hallazgo de su energía infinita.