2025 es el año del hallazgo. Durante los últimos meses, se han encontrado un gran número de yacimientos con minerales estratégicos. Los descubrimientos han involucrado a diferentes puntos del mundo, desde América del Sur hasta Asia y Oceanía. Han salido a la luz yacimientos de cobre, litio, oro, plata y hierro. Algunos de los más llamativos han sido avistados en San Juan (Argentina) y Atacama (Chile). Son los proyectos Filo del Sol y Josemaría, fomentados por Lundin Mining y BHP.
Estas iniciativas contemplan más de 12,8 millones de toneladas de cobre medida, de la mano de 25,1 millones de toneladas inferidas. Sumado a esto, se portaron 32,2 millones de onzas de oro y 659 millones de onzas de plata medidas. Datos que los llevaron a estar entre los diez depósitos más importantes de la Tierra. En China, el Instituto Provincial de Geología de Hunan confirmó la existencia del yacimiento de oro Wangu, que cuenta con alrededor de 1000 toneladas, valorado aproximadamente en 83 000 millones de dólares.
Australia Occidental también ha tenido su cuota de protagonismo este año. Un grupo de investigadores ha dado con el mayor yacimiento de hierro el mundo, con unas 55 000 millones de toneladas localizadas en la provincia de Hamersley. Más allá de su incidencia económica, este hallazgo proporciona nuevas señales acerca de procedimientos geológicos de hace 1400 millones de años.
El hallazgo del siglo estaba en el lugar menos pensado
Así las cosas, hallazgos como el del megayacimiento de Argentina abren la puerta hacia nuevas oportunidades de desarrollo económico. Sin embargo, aunque todos estos proyectos han resultado impactantes para la humanidad, hay uno que destaca por encima de ellos. Científicos de la Universidad de Oxford han encontrado varios cráteres en la Luna que podrían albergar un yacimiento de metales preciosos valorado en una cuantía superior al billón de dólares.
Esta investigación pone de manifiesto que la minería espacial está cada vez más cerca de transformarse en una actividad viable en términos económicos y tecnológicos. La superficie lunar contiene más de 1,3 millones de cráteres de grandes dimensiones. De todos ellos, cerca de 6500 habría sido producidos por impactos de asteroides ricos en metales del grupo del platino.
Dicho hallazgo ha quedado minuciosamente matizado en una publicación científica incorporada en Planetary and Space Science. La investigación, encabezada por Jayanth Chennamangalam, señala que estos cráteres podrían albergar importantes cifras de platino, paladio e iridio, materiales esenciales en la elaboración de dispositivos electrónicos, tecnologías verdes y elementos industriales de valor elevado.
Estábamos buscando recursos en el lugar equivocado: el hallazgo del año estaba en la Luna
La cercanía de la Luna a la Tierra y su gravedad relativa transforman la superficie en un espacio más óptimo para la extracción minera que otros cuerpos celestes, como los asteroides. A diferencia de ellos, la Luna permite el establecimiento de infraestructuras con una mayor estabilidad y operatividad. Además del platino, el análisis sugiere la presunta existencia de otros minerales interesantes en el momento actual. Sería el caso de tierras raras y torio.
Pese al hallazgo, la minería lunar todavía tiene retos por superar
La minería lunar se alza como una alternativa interesante. Sin embargo, plantea desafíos significativos. El costo de lanzar misiones, elaborar equipos especializados y movilizar los materiales a la Tierra es alto. También requiere de una tecnología avanzada que permita la excavación, procesamiento y refinamiento de los minerales en un contexto hostil y sin atmósfera.
A este marco se le agrega la falta de una legislación clara acerca de la explotación de recursos fuera de la Tierra. El Tratado del Espacio Exterior de 1967 impide que cualquier país reclame soberanía sobre la Luna u otros cuerpos celestiales. Sin embargo, no tiene regulada con carácter explícito la práctica minera comercial. Con la meta de fortificar el marco normativo, Estados Unidos impulsó los Acuerdos de Artemisa.
Pero al no disponer de la adhesión de países clave como China o Rusia, su validez jurídica continúa en cuestionamiento por parte de la comunidad internacional. Mientras se determina hasta qué punto puede cambiar nuestra vida con el hallazgo del siglo valorado en más de un billón de dólares, China posa sus ojos sobre Argentina y su nuevo mega yacimiento.