Argentina es una gran potencia mundial y tiene en mente generar grandes proyectos estratégicos para aumentar la generación de energía. En este sentido, tratará de impulsar la energía mediante la incorporación de ciertos módulos de reactores a la matriz energética a nivel nacional. Sin embargo esta política puede acarrear algunos problemas e incertidumbres sobre su implementación.
De todos modos, esta estrategia contempla la posibilidad de activar la exploración y explotación de un mineral presente en tierras argentinas, como un proceso para eliminar la dependencia de importaciones y asegurar el suministro de este mineral relevante a nivel global, a largo plazo. Es por ello, que la minería argentina tiene sobre la mesa alrededor de 20 proyectos.
¿Dónde está puesto el foco de estos proyectos?
La minería de Argentina contempla dieciocho grandes proyectos centrados en este recurso, lo cuales están bajo el amparo de industrias, empresas e inversionistas que responden a la demanda del mercado en medio de pujas geopolíticas de la actualidad, en especial entre las que surgen en Irán e Israel, que cada día la tensión es mayor.
En este contexto, aunque todavía la producción del metal en cuestión no ha sido interrumpida, la posible guerra en Medio Oriente preocupa al mundo, al mundo minero en especial le preocupa la disponibilidad de uranio a futuro. Según supuestos por parte del fundador de Uranium Insider, el señor Justin Huhn, la demanda de este mineral está cambiando alrededor del mundo.
Por otro lado, el CEO de la empresa minera, explicó que en países como Estados Unidos las reservas de uranio es bastante bajas. No obstante, se cree que hasta la década de 2030, el país norteamericano hará algunas gestiones de uranio como reservas militares, no solo con fines nucleares, sino que también se usarían en las fuerzas navales, dejando entrever que este país también se está preparando para posibles conflictos bélicos.
¿Cuál es la estrategia argentina?
Ahora bien, el plan de expansión nuclear que estima llevar a cabo la Argentina está encabezado por la Comisión de Energía Atómica (CNEA) y busca incorporar a la capacidad nuclear ya instalada reactores de 1200 megavatios, lo cuál llegaría a 1763 megavatios en total. Por el momento, en nuestro país la energía nuclear se produce mediante las centrales de Atucha I, proyecto que estima tener una vida útil de 20 años, Atucha II y Embalse, todas manipuladas por la empresa del estado Nucleoeléctrica Argentina.
Desde el cierre de la Mina Sierra Pintada en la provincia de Mendoza, la extracción de uranio en nuestras tierras fue suspendida, y en la actualidad con el apoyo que nos brinda Francia, se contempla la estrategia para reanudarla. En aquel momento, solo se llegó a extraer el 20% de las casi 6 mil toneladas en reservas del mineral uranio en la mina mendocina, justo antes que se paralicen sus operaciones.
Hoy en día, el gobierno provincial y nacional trabajan conjuntamente para poder activar el enriquecimiento de uranio con el objetivo de producir combustible nuclear a nivel país y reducir la dependencia que Argentina tiene con otros países en este sentido. En la actualidad, la mayor parte de combustible nuclear de nuestro país se trae de proveedores extranjeros mediante ciertas empresas locales.
¿Cuáles son los proyectos más avanzados del país?
Entre los proyectos que hay en Argentina en relación al metal uranio, el más avanzado es el plan Amarillo Grande, el cual se cree que se convertirá en un tiempo en un gran complejo de uranio. En este plan se contemplan yacimientos como Anit, Santa Bárbara e Ivana, en donde ya se están llevando a cabo estudios y perforaciones. En este contexto, la compañía canadiense Blue Sky Uranium firmó una sociedad estratégica con Abatare Spain, para crear la empresa Ivana Minerales.
Ahora bien, alrededor de estos proyectos se están llevando a cabo varios estudios de metalurgia e ingeniería para poder optimizar la economía de guardado del mineral. Asimismo, si se cumple al pie de la letra el calendario estipulado, la investigación podría completarse dentro de tres años (calculando desde sus inicios en 2024), y allí dando paso a la etapa de construcción. Sin embargo, estos proyectos son muy buenos pero también muy peligrosos.