En medio del desierto argentino apareció un tesoro que promete empleo y progreso para toda una región. En este sentido, podemos afirmar que se encontró un potencial minero que ofrece más de mil puestos de trabajo y un progreso en el horizonte de cuyo. Esta iniciativa se perfila como una pieza clave en la industria minera y reposiciona económicamente a la provincia.
En este sentido, podemos decir que el proyecto minero localizado en la provincia de San Juan, en los últimos meses se reactivó como una iniciativa clave para el desarrollo financiero de la región. Este pozo, trabajado por la empresa AISA Group, arrancó como un plan de acción a cielo abierto, pasando por actividades subterráneas, hasta terminar en la exploración y explotación de yacimientos de Carbonatos Profundos (DCP).
Este pozo minero, si bien tiene registrado 3.1 millones de reservas de oro y 5 millones de recursos minerales, su potencial es mucho más grande. Estos números solo reflejan el 4% de su propiedad explotada. Por este motivo se está trabajando en el concepto de Carbonatos Profundos, término que se convirtió en fundamental para poder investigar y explotar los depósitos de oro que se encuentran por debajo de la mina en cuestión.
¿Cuál es el impacto laboral y económico del proyecto en la región?
Según los dicho del dueño de la empresa AISA Group, encargada de ejecutar este proyecto minero, resaltó la importancia de este ambicioso plan de expansión que es la mina Gualcamayo, el cual contempla una inversión de alrededor de 800 millones de dólares bajo la normativa nacional RIGI. Esta iniciativa, con los ojos puestos en los Carbonatos Profundos, tienen en mente construir una planta de procesamiento, lo que permitirá explorar aquellos minerales que necesitan técnicas diferentes a las que usan hoy.
Este proyecto no solo tiene como objetivo aumentar el número de producción, sino que también busca generar hasta mil puestos de trabajo, aumentando exponencialmente la planilla de trabajadores que existen en la actualidad. Este desarrollo posiciona al yacimiento minero como un motor de crecimiento económico en la provincia de San Juan y en toda la región cuyana, una zona que además está impulsando su crecimiento con otros proyectos como Filo, Josemaría y Los Azules.
El proyecto sanjuanino bajo la lupa de RIGI
Ahora bien, el proyecto de expansión, exploración y explotación de la mina de Gualcamayo, el cual necesita una inversión inicial de alrededor de 800 millones de divisas verdes, se da en marco del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), una normativa nacional brindada por el Gobierno de Javier Milei. Asimismo, el camino para que el régimen apruebe dicho proyecto tuvo muchas idas y venidas.
En un principio, la empresa presentó un plan integral que incluía una planta fotovoltaica, una mina de cal, gasoducto, el proyecto de Carbonatos Profundos, mejoras en el valle de la mina, lo cual requería de una inversión que superaban los mil millones de dólares. No obstante, tras un trimestre de demora en la respuesta, AISA Group decidió segmentar la propuesta.
En ese sentido, es donde la compañía puso su foco en DCP (Carbonatos Profundos), y Juan José Retamero, propietario de la empresa, destacó el rol fundamental de RIGI para darle estabilidad y seguridad jurídica al proyecto, punto clave para atraer la mirada de inversionistas en Argentina. No obstante, más allá de los cambios y ajustes en el plan inicial que había propuesto AISA Group, mantiene su compromiso con esas primeras ideas, las cuales podría llegar a ejecutar bajo la Ley de Inversiones Mineras o con algún nuevo RIGI más adelante.
El avance del proyecto minero de Gualcamayo trajo mucho entusiasmo a la provincia y a la región de Cuyo, ya que se trataba de una mina en proceso de quiebra y hoy está renaciendo con nuevas inversiones millonarias, con ánimos de progreso económico y un abanico de puestos de trabajos para los sanjuaninos. El tesoro que brotó en medio del desierto está dejando sus frutos.