Paisajes deslumbrantes, selvas, playas, desiertos y más. América Latina lo tienen todo. Sus grandes reservas naturales, su gran biodiversidad y su patrimonio cultural llaman la atención de los países de todo el mundo. Una de sus capitales más influyentes refiere a la producción de energía. Un punto fundamental para el desarrollo de las sociedades, pero también por la posibilidad de lograr su exportación. Argentina viene apostando fuerte a distintos desarrollos, al igual que sus vecinos. Pero esto sorprendió a todos. Aseguran que llegó a triplicar a uno de los más cercanos.
Gran potencial energético
Sin dudas, la región presenta condiciones más que favorables para el desarrollo de energías. Justo en este momento donde el mundo reclama cada vez más. Si bien la producción de combustibles y el desarrollo de energías siempre se consideró valioso, hoy resultan más preciados que nunca. Frente a los rápidos saltos tecnológicos del último tiempo, se vuelve urgente encontrar fuentes que puedan alimentarlos.
Muchos países están pisando el acelerador. El caso del gran avance de las energías renovables representa un claro ejemplo. Los grandes desiertos que se encuentran dentro de Latinoamérica, o aquellas planicies con fuertes vientos, pueden volverse claves. Su sol o sus vientos pueden transformarse en poderosa energía. Pero allí también se encuentran otras reservas muy preciadas no renovables.
En este sentido, Argentina viene jugando sus fichas en distintas direcciones con lo que tiene. Pero hay una gran apuesta que se destaca y se ubica en el centro de la escena. Hace décadas viene trabajando en su desarrollo. Los números confirman que ya está empezando a dar sus frutos. Pero esta novedad sorprendió a todos. Aseguran que el increíble crecimiento de Vaca Muerta en Argentina llegó a triplicar a uno de sus vecinos más cercanos.
El fin de la dependencia
El dato resulta más llamativo aún si tenemos en cuenta la historia entre estos dos países. Durante un periodo de casi 20 años. La Argentina dependía del gas natural de su vecino boliviano. Esto se utilizaba tanto para el abastecimiento de su mercado interno como de sus industrias. Pero ahora la situación cambió. Bolivia la se encuentra en un momento de caída. El pronóstico es que continuará en esa dirección.
El arrasador crecimiento del gas y el petróleo argentinos contrasta con una producción que se viene retrayendo en Bolivia. Mientras que Bolivia registró una producción de gas natural de alrededor de 24,33 millones de metros cúbicos por día, Vaca Muerta llegó a los 90,96 millones. Los especialistas aseguran que viene desplomándose de manera terrible con un promedio de 4 millones por año.
Los números ponen sobre la mesa la situación crítica de Bolivia. Pero, ¿cómo se revirtió esta relación de dependencia? Más allá del momento histórico que atraviesa Vaca Muerta ahora, hay otras explicaciones. Desde Bolivia, aseguran que los niveles de exportación han sido marcadamente escasos. Pero también suman la falta de inversión y esfuerzos para el desarrollo de YPFB. Sobre todo en lo que refiere a la exploración necesaria para reponer las reservas.
Momento histórico de la Argentina
Los hidrocarburos están en su mejor momento en nuestro país. Venimos alcanzando récords históricos tanto en producción como en la exportación. Además, a esto se suman una serie de hitos inesperados. Todo esto está revolucionando el mapa energético sudamericano. Pero no se trata de magia. Argentina viene apostando al desarrollo de esta industria en grande. Nuestra producción de gas natural creció 5,7%. Mientras que el petróleo llegó a más de 800 mil barriles por día. Además, las proyecciones son muy favorables. La Argentina podría convertirse en el gran proveedor de la región. Con este viento a favor, será cuestión de mantenerse competitivo.