La fiebre por las energías renovables está impulsando importantísimos cambios. Países como Islandia, con casi el 100% de su electricidad generada a partir de fuentes naturales, la hidroeléctrica y la geotérmica, representa un gran ejemplo. Por otro lado, el caso de China también es llamativo dado que pasó de ser uno de los países más contaminantes del mundo a liderar en renovables, logrando una gigantesca capacidad instalada con paneles solares y aerogeneradores. Por su parte, a Estados Unidos no le gusta quedarse atrás. Pero esta jugada no la vimos venir.
Acelerando la transformación
Mientras que los planes de China apuntan a lograr la neutralidad de carbono para 2060, en la Unión Europea, Reino Unido y Japón, entre otros, la situación no es muy diferente. Todos están trabajando con metas similares para los próximos años. Si bien los combustibles fósiles como la nafta o el carbón siguen vigentes, alimentando el transporte y una enorme cantidad de industrias completas, de a poco el cambio hacia las renovables va ganando lugar.
El motor de la transición energética ya está en marcha. La búsqueda de alternativas limpias nos está llevando a explorar las posibilidades de la hidroeléctrica, la biomasa, la geotérmica o la mareomotriz, entre otras. Todas con fuentes de origen natural y renovables con bajo impacto ambiental, dado que no producen emisiones de gases negativos. Con esto, dos de los grandes protagonistas son los parques solares y eólicos que se están propagando por todo el mundo.
Sin embargo, para poder llegar a tiempo a las ambiciosas metas de descarbonización hay que poner manos a la obra y un pie en el acelerador. De hecho, algunos especialistas señalan que la transformación está demorando más de lo previsto. China lo sabe y lo está dando todo. Está redoblando sus esfuerzos en esta materia y cuenta con algunos de los parques más grandes. Pero Estados Unidos tiene un plan de película que sorprende a todos.
Más cantidad y más rápido
El gigante del norte está pensando en triplicar el parque solar durante la próxima década. Esto no es una sorpresa si sabemos que nunca se quiere quedar atrás. La cuestión es cómo lo resolverían, ya que se trata de un proyecto gigantesco que implicaría apurar los tiempos. Una compañía líder en energía llamada AES tiene una propuesta para resolver la instalación de manera rápida. Pero parece salida de una película de Hollywood de ciencia ficción.
La clave está en una nueva tecnología extraordinaria. Está diseñada especialmente para trabajar junto a un equipo de construcción supervisor con la ayuda de IA. Se espera que pueda avanzar en la construcción de parques con mucha mayor rapidez y eficiencia de lo que conocemos hasta ahora. Además, esto permitirá reducir de manera significativa los costos de la energía solar. Se llama Maximo y es el novedoso instalador solar robótico.
Su impresionante capacidad sorprende al mundo. Puede levantar paneles de 40 kilos y, además, ¡no necesita descansar! La única tarea de este robot es la carga e instalación de paneles fotovoltaicos. Con visión artificial que garantiza una colocación precisa y aprendizaje continuo, promete ser una enorme solución. También está preparado para funcionar en los climas más diversos de la misma manera que puede trabajar con una amplia gama de condiciones lumínicas.
Una legión en Estados Unidos
Sin dudas, con esto será más fácil para Estados Unidos pisar el acelerador con las renovables. En sus primeras pruebas, Maximo ya ha logrado instalar casi 10 MW y apunta a llegar a los 100 MW de energía solar. Mientras que, el objetivo para los próximos tres años es llegar a instalar 5 GW. En principio, ya tiene entre manos el proyecto Bellefield, en California, uno de los proyectos solares más grandes de Estados Unidos y tiene otro proyecto con Amazon. Por lo que todo indica, gracias a una legión de robots que se multiplicarán por todos los rincones de este país, podrán dar otro salto enorme hacia la transición energética.
