El discurso de Giovanni Battista Re durante la misa exequial del papa rememoró al menos tres momentos emblemáticos del pontificado de Francisco: su preocupación y denuncia sobre la migración; el reiterado llamado a la paz en Gaza y en Ucrania, así como el diálogo interreligioso para fomentar la paz y la convivencia común. Todo esto acompañado de aplausos por alrededor de 50.000 personas dentro de la plaza San Pedro, que sabían guardar silencio en el momento justo para no interrumpir la homilía.
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Cultura del encuentro
En su discurso, Battista Re señaló que el papa defendió una “política de inclusión” en la que la situación migratoria tenía especial atención. En lugar de pensar en una “cultura del descarte, él hablaba de la cultura del encuentro“, según Battista Re.
Esta cultura del encuentro no sólo promovía el diálogo interreligioso-también mencionado por el cardenal- sino que también un trato digno para los menos favorecidos y para los migrantes. Como se ha reseñado a lo largo de esta semana, sus viajes a Lampedusa, a Lesbos y a Estrasburgos, en Europa, le brindaron una voz a aquellas personas que por situaciones de conflicto bélico y pobreza en sus países de origen, han tenido que emigrar muchas veces en condiciones inhumanas.
En América, la problemática migratoria la afrontó el papa en una de las fronteras con mayor flujo ilegal de migrantes: México-Estados Unidos. Este viaje ha salido de nuevo a la luz para recalcar la mirada global de Francisco sobre situaciones que son difíciles de tratar por separado, ya que, la mayoría de las veces, una conduce a la otra: la pobreza y la indefensión en la que se encuentran los migrantes, razones por la cuales mantuvo “sus gestos y exhortaciones en favor de los refugiados y desplazados”, según palabras de Battista Re.
2. El reiterado llamado a la paz
Entre los aplausos vigorosos de los fieles que no llegaron nunca a salirse de control, el cardenal recordó el reiterado llamado a la paz para esos países que tienen años en conflicto. En su última Pascua de Resurrección, el papa insistió en la paz para Gaza y Ucrania. Pidió a las partes considerar que las personas que sufren los estragos de la guerra, no son objetivos de la misma, sino personas que merecen dignidad.
Sus críticas a la guerra fueron recogidas por Battista Re: “La guerra es muerte de personas, destrucción de hospitales, la guerra deja siempre el mundo peor de como estaba antes: es para todos una derrota dolorosa y trágica. Construir puentes y no muros es una exhortación que repetía mucho”. Mensaje que alcanzó especial resonancia al ser pronunciada ante jefes de Estado como Donald Trump y Volodimir Zelensky.
Quizás sus viajes con la intención de brindar un puente entre diferentes religiones buscaba precisamente fomentar la paz sobre todo en aquellos países donde las diferencias religiosas determinan los conflictos.
3. Diálogo interreligioso con Palestina, Irak y Arabia Saudita
El mundo recordará con especial asombro el acercamiento del papa Francisco con personalidades como Mahmud Abbas, presidente palestino, el gran ayatolá Ali al-Sistani, líder religioso irakí, y Abdullah bin Fahad Allaidan, consejero de Asuntos Islámicos de Arabia Saudita.
Representantes de tres territorios con diferencias religiosas marcadas, con las cuales Francisco I logró tener un acercamiento, un diálogo abierto al reconocimiento y a la convivencia, precisamente para darle un espacio a la paz.
Este mensaje logró su objetivo de alguna manera al poder reunirse hoy, en la plaza de San Pedro, alrededor de 50.000 personas con diferentes nacionalidades y sin ningún reporte de conflicto. El silencio en la plaza durante la homilía es digno de resaltar, pero también las oraciones de los fieles en sus idiomas nativos: francés, portugués, árabe, polaco, español, italiano, alemán y mandarín.