Este viernes, trabajadores del Vaticano darán inicio a la instalación de la chimenea que dará a conocer los resultados de la elección del nuevo papa en el cónclave. Se trata de una estructura que irá en la parte superior de la Capilla Sixtina y forma parte de una de las últimas etapas de preparación de la Santa Sede para esta tradicional ceremonia que tiene como objetivo elegir al nuevo líder de la Iglesia católica.
La importancia de la chimenea
La chimenea tiene una función clave que ya todos conocemos: indicar públicamente los resultados de las votaciones secretas, con humo negro o blanco. En cada ronda de votación, las papeletas irán a una hoguera especial, con una mezcla química de potasio, azufre y antraceno, que dará como resultado la “fumata negra”. Esto es para cuando no hubo acuerdo entre los cardenales para elegir a la nueva autoridad eclesiástica.
Pero si las votaciones alcanzan una mayoría de tres tercios, la combinación de los químicos es otra, teniendo al clorato de potasio, la lactosa y colofonia, o también conocido como resina de pino, como principales productos. Esta mezcla da como resultado un humo blanco, que sale por la chimenea de la Capilla Sixtina y da a conocer a todos los fieles católicos del mundo que hay un nuevo papa en el Vaticano.
La última vez que el mundo fue parte de un cónclave para elegir a la nueva autoridad eclesiástica fue el 13 de marzo del 2013, cuando el jesuita, Jorge Bergoglio, recibió los dos tercios necesarios tras el quinto escrutinio. Se trató de una gran noticia para la comunidad católica del mundo, quien pudo ver al nuevo líder en el balcón de la basílica de San Pedro, presentado por las autoridades de la Santa Sede.
Los cardenales y su agenda para el cónclave
Cabe resaltar que el cónclave es una instancia muy importante para el Vaticano, ya que elegirá una figura que guiará a la Iglesia durante los próximos años. Es por eso que los cardenales deben tener en cuenta la línea ideológica del nuevo papa, los planes que tiene para la Santa Sede, entre otras cuestiones que resultan cruciales para el futuro de la institución católica del mundo.
La instalación de la chimenea en la Capilla Sixtina coincide con una etapa importante en la previa del cónclave: las congregaciones generales. Dichas reuniones aúna a los cardenales con derecho a voto, y también a los mayores de 80 años, para discutir los puntos nombrados anteriormente. Con esto, ayudan a crear una línea de guía para el complicado proceso electoral, que se da bajo un hermetismo absoluto.
De acuerdo a lo que trascendió, en las recientes reuniones, el eje principal de la discusión tuvo que ver con las complicaciones financieras a la que se enfrenta el Vaticano y los principales desafíos de la Iglesia. Además, se habló sobre el legado que Francisco le deja a la nueva autoridad eclesiástica y si quieren continuar con la misma línea o plantear cambios respecto a la gobernanza, vínculos con otras religiones o reformas institucionales.
El hermetismo del cónclave
El tradicional rito católico del cónclave está regido por reglas muy estrictas de confidencialidad y aislamiento. Se trata de un proceso que se lleva adelante bajo un hermetismo absoluto, lo que lleva al Vaticano a tener que desplegar todos sus recursos físicos y tecnológicos para respetar el secreto sagrado de estas votaciones. En este marco, la Capilla Sixtina se convierte en un lugar especial, donde se desarrolla toda la actividad y de donde saldrá el nuevo papa.
Cabe resaltar que la Santa Sede dispuso que la fecha de inicio de esta tradicional ceremonia será el 7 de mayo. De esta forma, se cumple con la obligación de las autoridades de realizar las votaciones entre los 15 y 20 días después de la muerte del papa. Y si bien todavía faltan 5 días para el inicio de este rito, los cardenales ya comenzaron con sus congregaciones, mientras que el Vaticano avanza con la última etapa de los preparativos.