Estados Unidos ha tomado una gran responsabilidad en la guerra entre Rusia y Ucrania. Con la llegada de Donald Trump a la presidencia, el país norteamericano comenzó con un exhaustivo trabajo como intermediario, en el que buscó la forma de resolver el conflicto. Esto es algo que nunca pudo lograr pese a todos sus esfuerzos y, tras firmar el acuerdo de minerales con Kiev, confirmó que renunciaría a este rol.
El compromiso de Estados Unidos en esta guerra
EE.UU ha mostrado gran interés en la resolución de este conflicto. Asimismo, ha dispuesto muchos recursos, e incluso creó una comitiva específica que viajaba a ambos países para intentar firmar la paz. Sin embargo, sus estrategias no tuvieron éxito, por lo que señaló que ahora serán los líderes de Rusia y Ucrania quienes deberán buscar la forma de ponerle fin a esta guerra.
El portavoz del departamento de Estado, Tammy Bruce, dialogó con la prensa en la Casa Blanca y explicó que EE.UU continúa comprometido con la paz en esta región y aseguró que harán lo que puedan desde su lugar. No obstante, ya dejarán de recorrer el mundo y utilizar sus recursos para viajar a mediar reuniones. “Ahora es cosa de las partes”, manifestó el mandatario estadounidense.
En esa línea, especificó que ha llegado el momento en que las autoridades rusas y ucranianas comiencen a pensar ideas y plantear opciones para terminar de una vez por todas con este conflicto. “Va a depender de los rusos y ucranianos ahora que cada parte sabe cuáles son las condiciones de paz de la otra. Dependerá de ellos llegar a un acuerdo“, aseveró. Y si bien sostiene que es improbable que este enfrentamiento termine pronto, confía en que puede lograrse.
El cansancio de Estados Unidos
Estados Unidos brindó muchas opciones para que Kiev y Moscú depongan sus armas, pero ninguna terminó de concretarse. En las últimas semanas, se vio como Donald Trump ha hecho público su enojo, enviado un ultimátum a ambos países para que acepten el alto el fuego a las infraestructuras energéticas y firmen la paz en el mar Negro. Pese a todo esto, las partes no llegaron a ponerse de acuerdo y esto quedó en la nada.
Sin ir más lejos, Ucrania rechazó hace menos de una semana la idea de reconocer la península de Crimea como territorio ruso, tal como estaba planteado en la propuesta de paz firmada por EE.UU. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, sostuvo que este territorio, ocupado por Rusia, no forma parte de la negociación. “No hay nada de que hablar; es nuestra tierra, la tierra del pueblo ucraniano“, aseveró.
J.D Vance, vicepresidente de la Casa Blanca, habló en un reciente viaje a la India sobre la guerra y señaló que Washington elaboró una propuesta muy explícita tanto para Moscú como para Kiev. En este marco, destacó que era hora que ambas partes acepten la tregua o de que Trump abandone su papel de intermediario, algo que finalmente ocurrió este viernes 2 de mayo.
La firma del acuerdo de minerales entre EE.UU y Kiev
Cabe resaltar que la renuncia de Trump como negociador de esta guerra tuvo lugar 24 horas después de que el país norteamericano firmara el acuerdo de minerales con Kiev. Esto le da acceso a Washington a sacar provecho de los recursos naturales tan vastos del país del este de Europa. Y si bien esto es un gran paso para la Casa Blanca, hay un problema: el Parlamento ucraniano pide ratificar pronto el acuerdo.
Este acuerdo trajo gran controversia al recinto parlamentario, ya que hay sectores que tildan de inconstitucional el acuerdo. No obstante, desde Kiev señalan que esto no viola la soberanía ni la legislación nacional. También explicaron que el acuerdo firmado contará con documentos técnicos aprobados por expertos para que este plan pueda desarrollarse sin riesgos ambientales ni malos entendidos.