La reciente fumata blanca le comunicó al mundo que la Iglesia católica tiene un nuevo papa: León XIV. Se trata del cardenal estadounidense Robert Prevost, quien se convirtió en el pontífice número 267 y tiene una historia bastante curiosa. Es que, gracias a su trabajo dentro de la Fe católica, estrechó lazos con Perú y después de años como misionero agustino, consiguió la nacionalidad.
Robert Prevost: sus orígenes y su corriente de pensamiento
El cardenal estadounidense de 69 años se unió a los agustinos en Perú en 1985, y tras años de trabajo, partió rumbo al Vaticano como Obispo, convirtiéndose en una figura central durante el pontificado del papa Francisco. Era el purpurado norteamericano que mayores posibilidades tenía para convertirse en papa, de acuerdo a los expertos. Esto se debe a su capacidad de liderazgo y a su perspectiva global.
La reputación que maneja dentro de la Santa Sede es de “moderado” constructor de puentes, algo crucial para la Iglesia en medio de la crisis de Fe por la que atraviesa. No obstante, tiene una sólida formación en Derecho Canónico, lo que le brindará a su pontificado un enfoque más teológico, lo que tranquiliza a los sectores más conservadores. Este podría haber sido un detalle fundamental para ganar estas elecciones eclesiásticas.
Muy cercano al papa Francisco
Robert Prevost, quien eligió el nombre de León XIV, tuvo un vínculo muy cercano al papa Francisco y adquirió gran importancia dentro de su pontificado, el cual marcó un antes y un después en la Iglesia católica. Tras la muerte del pontífice argentino, remarcó que “no podemos parar, ni retroceder”, y sostuvo que el mundo ya no es igual que hace 10 o 20 años, por lo que algunos cambios son necesarios.
En ese sentido, resaltó que el objetivo siempre será el mismo: proclamar a Jesucristo y al Evangelio. “Lo único que cambia es la manera de llegar a las personas de hoy, los jóvenes, los pobres, los políticos”, aseveró. Esta línea de pensamiento es lo que lo acercó al argentino, quien lo designó en 2014 como administrador apostólico de la diócesis de Chiclayo.
Su vínculo con Perú
El cardenal nacido en Chicago, en 1995, es miembro de la orden de San Agustín y comenzó su vínculo con Perú en la década de 1980, cuando llegó a la ciudad de Chulucanas, en Piura, para trabajar como misionero. En este lugar trabajó durante una gran cantidad de años y tuvo un gran acercamiento con la cultura local. Incluso aprendió el idioma y, con el tiempo, se ganó el respeto de las comunidades. Hasta llegó a obtener el DNI de ese país.
En el 2015, Prevost recibió el nombramiento de obispo de la Diócesis de Chiclayo, cargo que ocupó hasta el 2023. Después de ese año, el papa Francisco lo designó prefecto del Dicasterio para Obispos, un cargo de gran poder dentro del Vaticano y luego, en 2024, fue elevado al rango de cardenal. Gracias a su desempeño, su visión sobre el futuro de la Iglesia, se convirtió en uno de los candidatos que pisaban fuerte en este cónclave.