Cumpliendo con las expectativas de millones de fieles a lo largo del mundo, el Papa León XIV dirigió el primer rezo dominical del Regina Coeli. Ante una Plaza de San Pedro repleta de fieles y curiosos que quisieron ser parte de este histórico día para la Iglesia Catolica.
Una plaza repleta recibe al Santo Padre
Desde temprano en la mañana, cientos de miles de personas se han acercado a la Plaza de San Pedro a la espera de la aparición del Papa León XIV. Es la segunda vez que el Sumo Pontífice va a dirigirse directamente a los fieles desde el balcón de la Basílica de San Pedro, desde su elección.
Las autoridades de la capital italiana desplegaron un gran operativo de seguridad para garantizar que el primer servicio dominical de León XIV pueda llevarse a cabo sin mayores inconvenientes. Según estimaciones de la administración de Roma, alrededor de 150 mil fieles coparon la Plaza de San Pedro, aunque todavía no dieron más detalles respecto al número exacto de participantes.
Cerca de las doce del mediodía en Roma, el Papa León XIV salió al balcón adornado con un tapiz que presentaba las dos llaves cruzadas bajo una corona dorada, símbolo de la Ciudad del Vaticano.
Siguiendo la doctrina de austeridad de su predecesor, el nuevo Obispo de Roma se presentó ante la congregación de fieles en la plaza, ataviado con una túnica blanca sencilla, como las que utilizaba Francisco en estos actos, y una cruz de plata colgando de su cuello.
“Hermanos y hermanas, feliz domingo”
Esas fueron las palabras que expresó el Santo Padre al presentarse como orador en la primera misa dominical de su papado. Al salir al balcón, la plaza lo recibió con aplausos y vitoreos.
“Considero un don de Dios, el hecho de que mi primer domingo de mi servicio como Obispo de Roma sea el del buen pastor, el cuarto del tiempo de pascua“, expresó con solemnidad el papa, recordando la tradicional lectura del evangelio de Juan, capítulo décimo, en la que Jesús se revela como verdadero pastor “que conoce y ama a sus ovejas, que por ellas da la vida”.
Acto seguido recordó la tradicional celebración de la jornada mundial de oración por las vocaciones, que se celebra en esas fechas desde hace más de sesenta años. Saludó a las bandas musicales y espectáculos populares que alberga Roma.
“Saludo con afecto, a todos los peregrinos y les doy las gracias porque con su música y con sus representaciones alegran la fiesta, La fiesta de Cristo, buen pastor” continuó el Papa, recordando a Jesús y reafirmando que es su santo espíritu el que guía a la iglesia.
“Jesús, en el evangelio, afirma que conoce a sus ovejas y que ellas escuchan su voz y le siguen” explicó el Sumo Pontífice, para inmediatamente después recordar las enseñanzas de su predecesor, el papa San Gregorio Magno. “Las personas corresponden al amor de quienes les ama”.
Un mensaje por la paz, la juventud y las madres
El mensaje que dio el recientemente electo Papa León XIV, tuvo como eje central a las juventudes y el pedido de paz para las zonas afectadas por la catástrofe de la guerra. Hizo especial mención al conflicto entre Rusia y Ucrania y pidió por el cese al fuego en Gaza que permita el acceso de la ayuda humanitaria “a la población agotada” del enclave y la liberación de los rehenes.
Finalmente, guió la oración del Regina Coeli, acompañado por los visitantes que se acercaron a la plaza. que recibieron su bendición apostólica.
Para finalizar la primera misa dominical de su papado, León XIV saludó con afecto a los habitantes de Roma y peregrinos del mundo que se acercaron a la plaza de San Pedro en este día, y extendió su saludo a los fieles del mundo.
“Hoy en Italia y en otros países, se celebra la fiesta de la madre. Envío un cordial saludo a todas las madres, con una oración por ellas y por las que ya están en el cielo ¡Feliz dia de las madres a todas las madres! Gracias a todos ustedes y que tengan un buen domingo” expresó León XIV al finalizar su intervención.
Mientras se retiraba, desde la plaza se oían aplausos y gritos de “¡Viva el Papa!” desde toda la plaza, dando por finalizada la primera oración dominical del Papa León XIV en los primeros días de su pontificado, que esperemos sea largo y próspero.