El reemplazante del asesinado Hossein Salami y nuevo jefe del grupo de élite del régimen iraní, tiene un pedido de captura realizado por Interpol desde 2007. Se lo acusa de formar parte de los responsables intelectuales del atentado a la AMIA.
La nueva cabeza
Tras la serie de ataques y bombardeos que, según la inteligencia israelí, neutralizó a más de 20 oficiales de alto rango de la jerarquía militar iraní, incluído el el jefe de la Guardia Revolucionaria Islámica, Hossein Salami, el líder supremos de Irán, ayatolá Ali Jamenei, tuvo que nombrar nuevos jefes militares para reemplazar a los caídos.
El elegido para ocupar el cargo vacante en el liderazgo de la Guardia Revolucionaria, luego del asesinato de Salimi, fue Ahmad Vahidi, nombre que despierta recuerdos trágicos en la población judía de nuestro país.
Y es que Vahidi tiene un pedido de búsqueda y captura por parte de Interpol, al ser uno de los señalados como partícipe logístico del atentado contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde murieron 85 personas y otras 300 resultaron heridas, el 18 de julio de 1994.
Desde el gobierno argentino, siguen de cerca los movimientos de Vahidi desde que la investigación del fiscal Nisman los señaló como autor intelectual del atentado a la AMIA. Ya en abril de este año, la Cancillería argentina solicitó formalmente su detención al conocerse la noticia de que se encontraba de visita en Pakistán y Sri Lanka.
El hombre señalado por Nisman
El nombre de Ahmad Vahidi activaría las alertas máximas en cualquier cruce fronterizo o aeropuerto occidental. Siendo acusado de organizar el atentado a la AMIA y con pedido de captur de Interpol activo desde 2007, es una de las personas más buscadas por la justicia internacional.
El alto mando del ejército iraní, es una constante en las investigaciones e informes realizadas por el fallecido fiscal Alberto Nisman.
El fiscal argentino logró establecer a través de su investigación, que el nuevo jefe de la Guardia Revolucionaria fue comandante de las fuerzas al-Quds, una brigada expedicionaria de élite dentro de la estructura militar Iraní.
El proceso de análisis del fiscal Nisman, determinó que Vahidi “participó en la reunión en que se decidió hacer el atentado en la Argentina”, participando activamente de la planificación del ataque, que fue llevado adelante por la Jihad Islámica Hezbollah del Líbano.
Un informe de la Unidad de Información Financiera (UIF) de 2017, respaldó los resultados de la investigación de Nisman en relación a Vahidi, quien integraba junto a Mohsen Rezai el reducido grupo que, en una oficina de inteligencia iraní, analizó la posibilidad de realizar el atentado en Argentina, que finalmente fue llevado a cabo.
En Estados Unidos, Donald Trump festeja su cumpleaños con un desfile militar.
Otros cargos que necesitaron un nuevo ocupante
Además del asesinato de Hossein Salami, que llevó a Ahmad Vahidi a dirigir a la Guardia Revolucionaria Islámica, el ayatolá Ali Jamenei tuvo que ocuparse de nombrar a varios líderes militares nuevos. Un informe de inteligencia de Israel, asegura que al menos 20 militares de jerarquía murieron en los primeros ataques coordinados del estado hebreo.
Por medio de un decreto, el líder supremo de Irán debió ocupar los cargos de Jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas iraníes, cargo que ocupó el mayor general Seyyed Abdulrahim Mousavi, luego de confirmarse la muerte de su predecesor, Mohammad Baqeri.
La empresa de ingeniería y construcción estatal Khatam al-Anbia, perdió a su comandante, el mayor general Gholamali Rashid, quien fue reemplazado por Ali Shademani.
Los medios de comunicación iraní reconocen que la menos seis científicos nucleares murieron en los ataques. “Abdolhamid Minouchehr, Ahmadreza Zolfaghari, Amirhossein Feqhi, Motalleblizadeh, Mohammad Mehdi Tehranchi y Fereydoun Abbasi fueron los científicos nucleares martirizados” en el ataque de Israel, según la agencia de noticias Tasnim.
Se profundiza la incertidumbre en relación al futuro próximo de Oriente Medio. No obstante, la elección de uno de los acusados por el atentado a la AMIA, pueda ocupar un cargo tan alto en la jerarquía del régimen iraní, es una nueva demostración de la falta de capacidades de las potencias y organismos internacionales, para poder impartir justicia sobre integrantes de gobiernos autoritarios.