Los bombardeos de Estados Unidos sobre Irán despertaron temor en Israel por la posible intervención de agrupaciones terroristas como Hezbollah, los hutíes de Yemen o Hamas en favor a Irán. Ante esta posibilidad, el Gobierno de Benjamin Netanyahu desplegó un amplio operativo de seguridad para resguardar a su población en caso de que estos movimientos armados decidan actuar como venganza al ataque estadounidense.
El temor de Israel
La participación de agrupaciones como Hezbollah, los Hutíes y Hamas mantienen en alerta máxima a las Fuerzas de Defensa de Israel. Es que la cúpula gubernamental de Netanyahu cree que es inminente que los terroristas intervengan en la guerra, por su conexión con Irán, que es su principal financiador. Es por eso que activó un plan de seguridad e inteligencia para estar atentos a la actividad de estos grupos y evitar cualquier sorpresa.
Esto se hizo en colaboración con Estados Unidos, quien intervino de lleno en este conflicto que mantiene en vilo a todo el mundo. Desde ahora, el Gobierno judío posee la capacidad militar del Pentágono y de las agencias de inteligencias norteamericanas para monitorear los movimientos de estas agrupaciones religiosos, que tienen un estrecho vínculo con el régimen islámico de Ali Khamenei.
El operativo desplegado consiste, por un lado, en un monitoreo preventivo sobre las actividades de los terroristas, y por el otro, en patrullajes de seguridad en Tel Aviv y Jerusalén. En este marco, las autoridades prohibieron actividades públicas y se prevé que los centros educativos se mantendrán cerrados hasta que pase la amenaza. A estos se le sumarán otras posibles medidas preventivas, que buscan proteger a la población de los posibles ataques terroristas.
Una guerra que se desarrolla en varios frentes
El Gobierno de Netanyahu mantiene una guerra en Medio Oriente que se desarrolla en varios frentes. Hablamos de la guerra contra el terrorismo, con la que el Estado Judío busca erradicar toda amenaza para la población israelí en la región. Asimismo, tiene activa una gran operación militar contra Hamas, en la que ya tomó control de la mayor parte de la Franja de Gaza y mantiene la presión sobre la agrupación.
Por otro lado, las FDI iniciaron un conflicto armado contra el Líbano para eliminar a Hezbollah, a la que consideran como la organización terrorista más grande Medio Oriente. Este movimiento armado es una pieza clave para Irán en el marco de esta guerra, ya que podría ser muy útil en su plan de eliminar la existencia del Estado Judío. Por ello, las autoridades militares israelíes la consideran como una gran amenaza.
Y en el caso de los hutíes, la cúpula gubernamental de Jerusalén ordenó desplegar ataques aéreos coordinados en distintas células terroristas que funcionaban en Yemen. De esta forma, lograron destruir sus campos de entrenamientos, centros operacionales y recintos donde guardaban su artillería militar. Todas estas operaciones demuestran la capacidad militar de Jerusalén, aunque ahora, teme por una unificación que apunte contra su territorio.
Netanyahu sabía de las consecuencias
El Gobierno de Netanyahu tenía muy en claro que, al atacar a Irán, podría llegar una respuesta de las distintas agrupaciones terroristas. Y si bien es cierto que estos movimientos se encuentran diezmados, la experiencia histórica remarca que la unificación es muy posible. Esto es algo que se pudo ver durante el trágico ataque del 7 de octubre de 2023, perpetrado por Hamas, pero aprobado por Irán.
Se trató de una tragedia que quedará marcada para siempre en la historia del Estado Judío, quien vio cómo estos grupos armados acabaron con la vida de cientos de ciudadanos y secuestraron un amplio número de soldados y civiles. Es por eso que desplegó este nuevo operativo de seguridad con ayuda de EE.UU, para evitar que un hecho como este vuelva a golpearlos.