Los ataques de Estados Unidos a las bases nucleares de Irán representan una nueva etapa de la guerra en Medio Oriente, que ahora toma dimensiones internacionales. En este marco, la Casa Blanca se muestra firme en su posición en contra del régimen de Teherán y ejerce presión para la rendición del estado islámico. Asimismo, EE.UU toma las riendas del conflicto armado, que ya manifestó que su objetivo es eliminar la amenaza nuclear que representa esta nación para el mundo.
Las palabras del J.D. Vance sobre el conflicto
El vicepresidente de los Estados Unidos, J.D. Vance, afirmó durante una conversación con NBC News que las Fuerzas Armadas estadounidenses están preparadas para este conflicto, por lo que no temen que la lucha se prolongue. Según explicó, tienen las herramientas necesarias y una potencia militar que está a la altura de las circunstancias, aunque aclaró esta guerra no es contra el régimen islámico en sí, sino contra su actividad nuclear.
“No estamos en guerra con Irán. Estamos en guerra con el programa nuclear que lleva adelante”, insistió. Estas declaraciones cambian completamente el panorama que había respecto a la intervención militar estadunidense, ya que no se involucrará en un enfrentamiento directo con el ejército de Teherán. “No existe ningún interés en enviar tropas estadounidenses a Medio Oriente”, aclaró.
Esta aclaración va en línea con las promesas que hizo durante su campaña, en la que prometió no involucrar a Estados Unidos en “guerras eternas”, tal como lo hicieron administraciones anteriores. Asimismo, intenta frenar la polémica que se generó en torno a los ataques recientes a las bases nucleares de Teherán, algo bastante criticado entre seguidores de Donald Trump, que acusan a los republicanos de faltar a su palabra.
Declaraciones del Pentágono sobre los ataques a Irán
Lo que dijo J.D. Vance también va en consonancia a las declaraciones de Pete Hegseth, secretario de Defensa del país, quien brindó este domingo una conferencia de prensa para hablar sobre el ataque a las bases de Irán. En su discurso, el funcionario resaltó que los bombardeos a Natanz, Isfahán y Fordow fue un ataque planificado, cuyo único objetivo era frenar sus actividades nucleares.
Estados Unidos hizo un gran despliegue de recursos para llevar a cabo esta hazaña militar con total éxito. Según el jefe del Pentágono, se utilizaron 125 aviones, entre los que se encontraban cazas y de reconocimiento, además de algunos bombarderos B2 Spirit, que fueron los verdaderos protagonistas en esta ofensiva. También se utilizaron misiles Tomahawk desde el agua, que sirvieron para destruir por completo estas infraestructuras militares.
En esta conferencia de prensa, los funcionarios estadounidenses especificaron que estos ataques lograron el objetivo: destruir el programa nuclear de Irán. Hegseth detalla que estas bases eran vitales para el plan iraní, por lo que su destrucción frena la amenaza del régimen islámico. No obstante, asegura que todavía hay objetivos en la mira, que EE.UU destruirá si Ali Khamenei no renuncia al conflicto.
¿Existe la posibilidad de una salida diplomática?
La Casa Blanca informó que, tras el ataque coordinado contra sus bases, le enviaron un mensaje directo a los mandatarios iraníes, por lo que esperaban una pronta respuesta para saber qué camino seguir. “Ellos saben la posición de Estados Unidos y saben qué medidas tomar para llegar a la paz”, manifestó. Por el momento, la respuesta oficial de Ali Khamenei no llegó.
No obstante, el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Abbas Aragchi, manifestó que los ataques de EE.UU arruinaron cualquier posibilidad de negociación diplomática. Y si bien reconoció que mantener abierto los canales de diálogo es lo mejor, aclaró que no puede confiar en alguien que lanzó un ataque de tal magnitud en medio de las conversaciones. Por lo tanto, la posibilidad de una salida pacífica, al menos por el momento, está totalmente descartada.