Hay mucha polémica alrededor de la operación “Martillo de medianoche” y de los balances publicados por la administración de Donald Trump. Es que algunos sectores advierten que los bombardeos no lograron verdaderamente sus objetivos y que el plan nuclear de Teherán continúa activo. En este marco, el jefe de la CIA, John Ratcliffe, reafirmó que este ataque fue un golpe “monumental” a Irán, ya que se logró destruir la única planta de conversión de Metal del régimen.
La importancia de los ataques de EE.UU sobre Irán
Un funcionario estadounidense habló de manera anónima este lunes con los medios y comentó las declaraciones que el jefe de la agencia de inteligencia compartió durante la noche del domingo. Según expresa Infobae, Ratcliffe salió al cruce de los escépticos legisladores estadounidenses, quienes cuestionan el verdadero éxito de los bombardeos de su operación militar. Asimismo, decidió entregar un nuevo balance, en el que aseguró que el plan de Teherán quedó gravemente dañado.
En esa línea, el jefe de la agencia de inteligencia estadounidense resaltó que uno de los misiles lanzados durante la operación “Martillo de Medianoche” permitió destruir completamente la única instalación de conversión de metal de Teherán. Esto representa un duro golpe para el régimen islámico, que tardaría años en superar esta pérdida material, que atenta directamente contra su programa.
El funcionario, que brindó detalles sobre la audiencia clasificada, señaló que el Gobierno estadounidense hizo hincapié en la importancia de este ataque. Es que, según explicaron, este establecimiento resultaba clave para la creación de una bomba atómica, por lo tanto, representa un grave retroceso para Teherán, que tardará años en recuperar la cadena de producción de su programa.
¿Qué pasó con el uranio enriquecido de Teherán?
Una de las mayores dudas de los legisladores estadounidenses es qué pasó realmente con el uranio enriquecido de Teherán. Respecto a esto, Ratcliffe informó que estima en sus balances que la mayoría de este material permanece enterrado bajo los escombros de Insfahan y Fordow, dos de las tres bases más importantes destruidas durante la operación militar contra la república islámica.
En este punto, el jefe de la agencia de inteligencia hizo una salvedad y explicó que, si el régimen de Alí Khamenei llegara a recuperar ese uranio, o si quedaran grandes reservas del mismo en otros establecimientos, la destrucción de sus instalaciones, especialmente la de conversión de metal, complicaría la producción de una bomba atómica durante años, por lo que ya no sería un peligro para Estados Unidos ni para Occidente.
Las palabras de Ratcliffe coinciden con las de Rafael Grossi, jefe del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), quien dijo este fin de semana en una entrevista con la CBS que las capacidades nucleares del régimen quedaron dañadas a un grado importante. De acuerdo a sus palabras, eliminaron las capacidades en términos de tratamiento, enriquecimiento y conversión de uranio, al menos por varios años.
La continuidad del plan nuclear
Pese a estas afirmaciones, tanto Rafael Grossi como Ratclife niegan en la erradicación del programa de Teherán. “No se puede afirmar que todo ha desaparecido y que no hay nada allí”, aseveró el argentino a cargo de la OIEA. En ese sentido, sostuvo que todavía “queda algo en pie”, por lo que sus capacidades de volver a activarlo depende solo de ellos. “Si así lo desean, podrán comenzar a hacerlo de nuevo”, aseveró.
Por su parte, Donald Trump mantiene otra visión de los resultados de esta operación militar. En sus declaraciones, confirma haber arrasado con el programa enemigo y niega rotundamente las negociaciones para ayudar con la reconstrucción de la parte civil y energética de ese proyecto. Por el momento, la Casa Blanca mantiene distancia del régimen islámico, aunque no descarta abrir diálogo en un futuro cercano.