La Fundación Humanitaria para Gaza (GHF, por sus siglas en inglés) recibió cientos de críticas desde el inicio de su gestión en lo que respecta al reparto de alimentos en el enclave palestino. Ahora, Francia se suma a los cuestionamientos sobre esta entidad y califica de “vergonzosa” su tarea en medio de la crisis humanitaria que azota a esta región. Por este motivo, solicitó la expulsión del organismo.
El pedido de Francia
En una rueda de prensa durante su viaje a Chipre, el ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Jean-Noël Barrot, criticó fuertemente el sufrimiento de las familias palestinas para conseguir alimentos. Considera a la Fundación Humanitaria para Gaza como una organización que trae muchos problemas en una región que necesita con urgencia alimentos, medicamentos y otros recursos humanitarios primordiales para vivir.
“Quiero pedir el cese de las actividades de esta fundación. La distribución militarizada de ayuda humanitaria ha causado un baño de sangre en las líneas de distribución, lo cual es un escándalo, una vergüenza y debe cesar”, manifestó el funcionario francés. Sus declaraciones coinciden con denuncias de otras organizaciones internacionales como la ONU y Médicos Sin Fronteras.
Luego de estas críticas, Jean-Nöel anunció que Francia enviará más de 40 toneladas de ayuda al territorio palestino. El envío comenzaría a gestionarse desde el viernes y se realizaría de manera progresiva. También planifica otras acciones futuras para intentar ayudar a una población azotada por la escasez de alimentos y agua, y un aumento drástico de los niveles de desnutrición.
La peor crisis en la historia de la Franja de Gaza
Unos 2,4 millones de palestinos fueron desplazados por Israel desde el inicio del conflicto armado. Estas personas, además de abandonar sus hogares y escapar de las bombas, tuvieron que luchar contra una crisis sanitaria sin precedentes en la Franja. Steve Witkoff, enviado especial de EE.UU para asuntos de Medio Oriente, calificó el presente del enclave como “el peor escenario de hambruna” en su historia.
Recientes informes de la OMS muestran datos alarmantes del escenario en el que viven los palestinos. Según detalla esta organización internacional, la gente muere por “hambre masiva” y el 95% de las familias no tienen agua. “Padres nos cuentan cómo sus hijos lloran hasta quedarse dormidos por la debilidad”, relata el director de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Existe otro dato que demuestra las consecuencias que las operaciones militares dejaron sobre el enclave palestino: de 56 440 niños, 5000 sufren de desnutrición aguda y 838 de desnutrición extrema. Estos datos de la ONU también coinciden con los informes del fin de semana pasado del Gobierno palestino. En sus documentos, indicaron que la cifra de muertes por desnutrición en la Franja superó los 130.
Ingreso de ayuda humanitaria en el enclave palestino
Ante esta alarmante crisis, organizaciones internacionales y países de todo el mundo presionaron a Israel para aumentar el ingreso de ayuda humanitaria. El Gobierno de Netanyahu escuchó las exigencias e implementó dos medidas: la reanudación del envío de ayuda aérea y una “pausa táctica” de 10 horas en las operaciones militares para garantizar una entrega segura de los alimentos.
Si bien la medida aumentó el ingreso de los recursos al enclave, algunos sectores consideran que sigue siendo insuficiente para calmar la hambruna de la población. Por eso, exigieron medidas sustanciales, entre las que se encuentran el fin de la guerra. Reino Unido especificó que si el Estado Judío no toma cartas en el asunto y plantea una verdadera solución a la escasez de agua, comida y medicamentos en Gaza, reconocerá al Estado Palestino ante la ONU. El ultimátum enviado por Keir Starmer, primer ministro británico, contiene también sanciones económicas y políticas.