Este viernes, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, hizo un anuncio que enciende las alarmas en Europa: Moscú ha iniciado la producción de sus primeros misiles hipersónicos. Hablamos de una de las armas más letales que tuvieron en sus manos y ya tiene planes escabrosos para este artefacto. Según detallaron, la idea consiste desplegarlos en Bielorrusia a finales de este año.
El anuncio que sacude al mundo
“Hemos producido el primer equipo en serie Oréshnik. Ya está en servicio de las tropas”, dijo el jefe del Kremlin en una conferencia de prensa. Con esta arma letal en sus manos, el Ejército ruso ya se encuentra trabajando en la elaboración del plan para su utilización. “Los trabajos preparatorios ya están en curso, y lo más probable es que hayamos terminado con ellos antes de fin de año”, detalló.
Cabe resaltar que Rusia ya tiene experiencia con esta arma. En noviembre del año pasado, las tropas del Kremlin dispararon por primera vez estos misiles con dirección a Ucrania. El ataque golpeó una fábrica de misiles en Dnipro. De acuerdo a los registros, no hubo víctimas fatales, pero el daño fue bastante importante: las explosiones durante hasta tres horas en los alrededores del recinto.
En esta primera producción en serie de los misiles hipersónicos, hubo ciertas mejoras en sus características. El presidente Putin ha elogiado algunas de las capacidades del Oréshnik, como sus ojivas múltiples, que alcanzan un objetivo con unas velocidades de hasta Mach 10. Esto lo hace imperceptible a las defensas aéreas enemigas y le da un poder casi tan devastador como un ataque nuclear.
Amenaza a Occidente
El jefe del Kremlin aprovechó este anuncio para enviarle una tajante amenaza a Occidente. En sus declaraciones, resaltó podrían utilizar el misil contra los aliados ucranianos de la OTAN, si permiten que Zelenski utilice sus armas de largo alcance contra Rusia. Recordemos que varios países flexibilizaron sus restricciones a favor de Kiev. Por ello, Moscú intenta resguardar su seguridad con este nuevo armamento.
En esta cruzada entre Rusia y la OTAN, Bielorrusia juega un papel fundamental. Un pacto entre Putin y Aleksandr Lukashenko, presidente del país aliado, representa una grave amenaza para Ucrania y el resto de Europa. Además de que el Oréshnik puede llegar a cualquiera de los países del viejo continente, los bielorrusos resguardan algunas armas nucleares tácticas de Moscú. Según las palabras de su propio líder, tendrían varias docenas de ellas.
Aquí entra la preocupación de los aliados europeos: la frontera de Bielorrusia queda a unos 1084 kilómetros de Ucrania. Si Moscú realiza sus pruebas en esa región, permitiría que sus aviones y misiles alcancen objetivos potenciales más rápido y fácil. Por este motivo, el plan de desplegar estos misiles supersónicos a fines de diciembre genera revuelo entre los países de toda Europa.
Paz duradera y estable
En otro tramo de su discurso, Vladímir Putin hizo referencia a la posibilidad de lograr un alto el fuego con ucrania. Sostuvo que sus condiciones siguen siendo las mismas y esperan conseguir una pronta respuesta. “Necesitamos una paz duradera y estables sobre bases sólidas que satisfagan tanto a Rusia como a Ucrania”, resaltó. Pero para ello, deberán cumplir con exigencias básicas como por ejemplo: prohibir el ingreso de Kiev a la OTAN y conseguir garantías de seguridad.
El mandatario del Kremlin finalizó su discurso hablando sobre la tercera ronda de conversaciones que ambos países tuvieron en Estambul. Su valoración sobre la reunión fue positivo, pero no lo suficiente como para firmar el alto el fuego. De esta forma, Putin continúa sin responder el ultimátum enviado por Donald Trump. Esto podría traerles graves consecuencias para Moscú.