Este martes, el presidente Donald Trump ha enviado un tajante mensaje para India: podría aumentar “sustancialmente” los aranceles sobre sus importancias en las próximas 24 horas. Dicha decisión se debe a las compras de petróleo ruso que el Gobierno indio realizó en las últimas semanas. De esta forma, EE.UU confirma que seguirá con la estrategia de presión sobre Rusia para que ponga fin a la guerra con Ucrania.
Una amenaza sin contemplaciones
En una entrevista televisiva con CNBN, el mandatario republicano señaló que India “no ha sido un buen socio comercial”. “Hacen muchos negocios con nosotros, pero nosotros no hacemos negocios con ellos. Así que acordamos un 25%, pero creo que voy a aumentarlo considerablemente en las próximas 24 horas”, aseveró. Según explicó, la idea de aumentarlos tiene que ver con el vínculo comercial entre el Estado indio y el Kremlin.
Para Donald Trump, la compra de petróleo que realizan países como China, India o Turquía, financian la invasión rusa en Ucrania. Esto le resulta a Moscú muy beneficioso en un marco de negociaciones diplomáticas y los deja en una posición de poder. A causa de ello, Vladímir Putin siente la libertad de imponer condiciones para evitar llegar a un alto el fuego con Ucrania.
El ultimátum hacia el país indio forma parte de una estrategia mucha más amplia de Estados Unidos. A través del aumento de aranceles, Washington intenta presionar a los socios comerciales del Kremlin para que dejen de comprarle petróleo. De esta forma, apuestan por una fuerte presión en la actividad comercial de Moscú y obligarlo así a destrabar las negociaciones por el fin de la guerra en el país del este de Europa.
En busca del punto débil de Rusia
Con su estrategia, Donald Trump busca dañar la fuente crucial de ingresos para Moscú: las importancias de energía. La venta de petróleo logró mantener en pie al Kremlin tras las múltiples sanciones internacionales que recibió desde el inicio de la invasión en Ucrania, en febrero de 2022. Por ello, EE.UU cree fervientemente que quitarles estos ingresos, dejará vulnerable al Gobierno de Putin.
Si bien la idea tiene mucho sentido, en la práctica existen muchas complicaciones. El petróleo ruso tiene un precio bastante accesible que beneficia a las refinerías en los países que comercializan con ellos. India, Turquía y China, saben que un vínculo comercial con Rusia tiene dos aristas positivas para ellos: satisface sus necesidades energéticas, y ahorran dinero. Por eso, estos gobiernos no contemplan la idea de abandonar esta relación.
Actualmente, China se posiciona como el principal comprador de energía rusa. El gigante asiático mantiene un gasto de 219.500 millones de dólares en petróleo, carbón y gas. En segundo lugar, tenemos a India, con 133.400 millones de dólares, mientras que Turquía ocupa el tercer puesto, con un gasto de 90.300 millones de dólares. Esto deja una ganancia total de 443.299 para el Kremlin.
Las sanciones no surtieron efecto para Rusia
El país liderado por Vladímir Putin logró mantener sus ingresos a pesar de las sanciones internacionales. Según la Escuela de Economía de Kiev, Rusia habría recaudado 12 600 millones de dólares por la venta de petróleo solamente en junio. Todo esto pudo lograrse gracias a estrategias de evasión a las restricciones de importaciones dispuestas. En este marco, tomaron gran relevancia los buques fantasmas y la contratación de empresas ubicadas en países donde no tienen efecto las prohibiciones.
Teniendo en cuenta estos factores, podríamos decir que Estados Unidos tiene una tarea complicada para amedrentar a Rusia con sus sanciones comerciales. No obstante, también despliega en paralelo presiones militares y políticas contra el Kremlin. A raíz de esto, las tensiones entre ambas potencias aumentaron en los últimos días.