La fragilidad del acuerdo de paz en Gaza preocupa al Gobierno de Estados Unidos, que envió un amplio equipo diplomático a Medio Oriente para garantizar la continuidad del alto el fuego. Es que, tras los constantes incumplimientos en la entrega de cuerpos por parte de Hamas, Israel exige sanciones y planifica nuevos ataques. Sin embargo, EE.UU mantiene la presión sobre el Estado judío para evitar estas acciones.
La presión de Estados Unidos
Tras los bombardeos del fin de semana pasado, el presidente de EE.UU, Donald Trump, envió a J. D. Vance y Marco Rubio para dialogar con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sobre el acuerdo de paz en Gaza. Esta visita tenía como objetivo garantizar la continuidad del alto el fuego, además de desbloquear la segunda etapa del trato, el cual consiste en el desarme de Hamas y la creación de un gobierno de transición.
En este marco, las autoridades estadounidenses plantearon la importancia de mantener la paz en la región para alcanzar la paz definitiva y terminar con esta lamentable guerra, que ya ha dejado más de 68 000 víctimas fatales. Este pedido contempla evitar cualquier acción que atente contra el alto el fuego, incluido el avance sobre los territorios ocupados de Cisjordania, medida que el Parlamento israelí había aprobado un día antes de la llegada de los estadounidenses.
Fuentes involucradas en el acuerdo de paz, citadas por el medio Iton Gadol, resaltan que la llegada de la comitiva de Washington representa una clara presión para evitar que Israel atente nuevamente contra el alto el fuego. Al mismo tiempo, Donald Trump estaría presionando a Qatar y Egipto para obligar a Hamas a cumplir su parte del trato, que consiste en la entrega de los cuerpos restantes de rehenes israelíes.
Retraso en la entrega de los cuerpos
Frente a los retrasos de la entrega de cuerpos, Israel se mostró impaciente y amenaza con tomar acciones inmediatas, algo que preocupa a las autoridades de la región. De acuerdo a la cadena pública israelí Kan, la organización terrorista palestina tenía como fecha límite este viernes para concretar nuevas entregas, pero finalmente eso no pasó. Asimismo, la última devolución registrada fue el martes, cuando entregaron los restos de Arie Zalmanowicz y Tamir Adar.
Contando esta última entrega, los cuerpos retenidos por el movimiento armado pasaron de 15 a 13, de un total de 28 rehenes fallecidos que Hamas tenía a su disposición al inicio del alto el fuego. Respecto a ello, el Gobierno de Netanyahu se mostró molesto y denunció graves incumplimientos, ya que el compromiso de sus enemigos era entregar la totalidad de los cuerpos en 72 horas.
Hace poco más de una semana, las autoridades gazatíes informaron que una veintena de cuerpos todavía no estaban en sus manos, alegando la falta de herramientas para sacar los cadáveres que continuaban bajo los escombros. Desde el Estado judío calificaron estas declaraciones como “una mentira”, ya que consideran que sí tienen la capacidad técnica para hacerlo.
Para el Gobierno israelí, la postura de Hamas es un claro intento de vulnerar la diplomacia, al igual que lo hizo el fin de semana pasado con presuntos ataques contra su ejército. Esta situación eleva la tensión en Gaza, con un Estado israelí que amenaza con volver a los ataques, una organización terrorista que incumple con lo pactado y EE.UU que presiona para mantener vigente el acuerdo de paz.
El siguiente paso del trato
Si los esfuerzos de Donald Trump obtienen los resultados esperados, la segunda etapa del acuerdo comenzará de forma inmediata. Se espera que, una vez que Hamas entregue la totalidad de los cuerpos sin vida de rehenes israelíes, la fase siguiente de la tregua entre en vigencia. El primer paso será el desarme de la organización terrorista, uno de los puntos más controversiales del pacto firmado por Donald Trump.
