02/05/2019

Tucumán

Salud

Graves denuncias de la madre de "Lucía" contra el titular del Siprosa

A dos meses del caso de la niña embarazada por una violación a la que se intentó negar la ILE, la mamá contó el calvario por el que tuvieron que pasar.
Graves denuncias de la madre de Lucía contra el titular del Siprosa | El Diario 24 Ampliar (1 fotos)

La madre de Lucpia relató el calvario que atravesó junto a su hija, desde la violación hasta recibir el alta.

Esta semana, a dos meses del caso "Lucía", la nena de 11 años que fue violada por su abulastro, luego internada hasta que finalmente la sometieron a una cesárea para interrumpir el embarazo, habló la madre de la nena y dio detalles relevantes sobre lo que sucedió.

La mujer afirma que el titular del Sistema Provincial de Salud (Siprosa), Gustavo Vigliocco, la “volvió loca” con su insistencia para que “Lucía” siga con el embarazo. Le decía que la niña se iba a morir si abortaba el bebé; le pidió que “aguante” hasta los siete meses de gestación; le propuso adoptar y criar al bebé y hasta construirles una casa, de acuerdo a lo que consigna el diario la Gaceta.

Las declaraciones:


Cuando me enteré que mi hija estaba embarazada, tiritaba de los nervios, de miedo. Al principio pensé que me podía hacer cargo de esa bebé. Pero después mi hija me dijo que no, que no quería saber nada y yo me terminé de convencer. Ella en ningún momento lo ha querido. Y yo no quería criar una niña en medio de un odio, de un desprecio, no me iba a sentir bien a cargo de una criatura que no haya sido querida, que no haya sido deseada y que sea odiada por su madre que es mi hija de 11 años. Apenas llegué al hospital del Este se lo dije a la doctora Tatiana (Obeib, jefa del Servicio de Tocoginecología). Ella me explicó que había una ley que a la chiquita la amparaba, que podía hacer un aborto y que iba a hacer todo lo posible para que se haga. Nos mandó a la casa cuatro días. Cuando me reuní con la fiscal Reuter le pregunto si había esa ley y me dice que sí, que existía y que la amparaba. Cuando la vuelvo a internar, hablo con el doctor Gustavo (Vigliocco) que porque quería que le hagan un aborto, que la chiquita corría riesgo de muerte. Todo el tiempo me insistía con que corría riesgo de morir. Había cosas que me decían que yo no entendía. Me explica de la matriz de ella, me dice que tenía que firmar la operación y que si mi hija moría la única responsable iba a ser yo. Me daba miedo firmar por eso”.

 

"No recuerdo bien (cuándo se pidió formalmente la ILE) si fue una o dos semanas después de que quedamos internadas. Dudaba un montón porque tenía miedo de perder a mi hija. El doctor Gustavo (Vigliocco) me había dicho que se podía morir desangrada".

 

"Se ha demorado un montón (la ILE). Firmé para que le hagan la operación, pasaron como dos semanas y nada. Todo el tiempo me ponían un pero. Primero me pidieron dos donadores de sangre y no sabía cómo conseguirlos. No podía salir ni hasta al frente del hospital porque mi hija no permitía que me alejara. Cuando le avisé a Vigliocco que ya había conseguido uno, me pidió cuatro. No sé para qué porque mi hija nunca necesitó donadores ni le agarró hemorragia como él había dicho. Hasta un día antes de la operación le pusieron inyectables para que maduren los pulmones del bebé, mintiéndome que eran vitaminas para la anemia".


"Esas eran las únicas opciones que me daban. Pero han tardado un montón, un montón. El que tiene toda la culpa de que las cosas no han seguido los tiempos que tienen es el Doctor Gustavo (Vigliocco). Me decía que espere hasta que mi hija cumpla los 7 meses (de embarazo) para ver si se la podía operar. Que ahí ya no había tanto riesgo y que yo iba a salvar las dos vidas: la de mi hija y la de esa criatura. Yo le respondía que no quería esperar y él me repetía que yo iba a llevar una carga de conciencia con la muerte de mi hija y de mi nieta".

 

"El iba todos los días los días a vernos. Si yo le decía a las 12 de la noche ‘doctor, tengo que hablar con usted, necesito que me explique una cosa’, él se venía al hospital. Por mensaje me preguntaba cómo estaba Lucía, qué necesitaba. Le mandó una tablet de regalo y se la hizo cambiar porque andaba mal".

 

"Me llegó a decir que si estaba preocupada porque la bebé vaya a una casa hogar o adopción, que no me preocupe porque él la iba a hacer reconocer, la iba a criar como a su hija y que me iba a ayudar para que ella estudie. Que le iba a construir una casa a Lucía para que esté bien. De hecho fue a 7 de Abril, hizo destechar cuatro habitaciones de mi casa. Supuestamente iba a tirarla abajo para construirla de nuevo. Nunca volvió y mi casa quedó sin esos techos. Nunca pensé que estaba como comprando a la criatura. Yo pensé que lo hacía por amor".

 

"Fue a donde vivo a pedirle al delegado comunal que me hagan la casa. Yo tenía tres piezas de material y una casilla machimbrada. A la casilla la han destrozado, me la han destechado y ahora no tengo las puertas ni las ventanas. No han ido nunca más".

 

"Cuando se ha enterado que yo he pedido que le hagan el aborto a la chiquita, se desapareció”.

 

“Iba el cura ese, entraba a la habitación con el teléfono en la mano, le hacía la cruz en la frente a mi hija y le decía que Dios no quería que haya muertes, que porque yo le quería hacer el aborto si podía seguir con la criatura. Lucía no dejaba que el cura le haga la cruz, no permitía que se le acerque ningún hombre. Pero iba todos los días. Es el capellán del Hospital, Roque Olea. Iba con ropa normal, nunca fue vestido de cura. Por ahí iba con un cosito blanco en el cuello. Me preguntaba qué iba a pasar con la bebé, si la iba a dar en adopción o si la iba a criar. No iba a rezar. Solo a preguntar cosas. A mi me parecía raro porque solo preguntaba sobre el bebé. A veces venía mañana y tarde. Me molestaba que él vaya. Si es un cura, ¿por qué nunca nos llevó ni una estampita de la Virgen? Yo soy católica”. (lagaceta.com.ar / eltucumano.com)

 

 




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