Saldos, retazos y el último judío de Afganistan

Con saldos y retazos de notas viejas nonatas, se hacen otras nuevas. Son esbozos inconclusos de ideas deshilachadas. Sirvan de apuntes para que otros les den forma de artículos.

1. Muchos hablan en porcentajes. No nombran las cantidades. Si a alguien le agarra gripe, no dice: “Este año me agarró una vez, el año pasado dos”. Ahora informa: “Este año tuve el 50 por ciento menos de gripe que en el 2020”. Eso basta para parecer culto. Sin serlo, obviamente.

2. Cuando aparece un kakuy o detectan víboras en un barrio, la gente se alarma: “Che, cómo puede ser que estos animales vengan a la ciudad”. En realidad, nosotros invadimos el lugar, no solamente del kakuy sino también de la charata, el hualo, la urpila, el chelco el puma y cientos de bichos más.

3. Hablan mal de los políticos, son unos esto, unos aquello. Pero, oiga, para jugar a la pelota se necesita ser futbolista, para arreglar un caño ser plomero y para hacer política, ser político, no queda otra. Ah, ¿usted lo haría mejor? Bueno, afíliese a un partido, preséntese de candidato y cuando sea concejal diga:”No voy a debatir porque no soy político”. Agradezca si luego no lo tienen por rematadamente tonto.

4. Zabulon Simantov es el último judío de Kabul, Afganistán, a pesar de haber dicho que si volvían los talibanes se mandaría a mudar, no se marchó. Su esposa, una judía de Tayikistán, vive en Israel con sus dos hijas. Pero él se quedó en un país gobernado por enemigos declarados de su sangre, para defender su sinagoga. En las fotos es un gordito común y corriente. No aparecen sus enormes cojones.

Juan Manuel Aragón

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