09/07/2017

Tucumán

201 años de Independencia

En el tedeum Zecca pronunció una fuerte crítica por la situación de la educación

Ante la vicepresidenta Michetti, el gobernador Manzur y el intendente Alfaro, el Arzobispo sostuvo que "hay que hablar menos y hacer más".
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El tradicional tedeum se celebró en la iglesia Catedral tucumana.

Como es tradición en cada 9 de julio en Tucumán, se realizó el solemnte Tedeum en la iglesia Catedral. Esta vez en una ceremonia especial, ya que fue el último del Arzobispo Alfredo Zecca y no contó con la presencia del presidente de la Nación, y en su reemplazo estuvo la vicepresidenta Gabriela Michetti, además del gobernador Juan Manzur y el intendente Germán Alfaro, entre otras autoridades políticas, judiciales y militares.

El Tedeum comenzó pasadas las 10, luego del izamiento de la bandera, que se realizó en la plaza Independencia, y estuvo cargado de una fuerte crítica social, principalmente por la situación que atraviesa la educación.

“Todos sabemos que los primeros años de la Argentina no fueron fáciles ni tranquilos: las guerras golpearon a todas las familias, la organización definitiva tardó en llegar, la calidad de vida no siempre fue buena, la precariedad de la existencia se hacía notar. Pero había espíritu de sacrificio, amor por la Patria, grandeza, generosidad y, por ello mismo, lograron hacer realidad lo que soñaron. Sí, hacerlo realidad para nosotros”, destacó el arzobispo.

Zecca argumentó que el esfuerzo de los próceres tuvo éxito gracias al cultivo de virtudes cívicas. “esas de las que hoy constatamos con dolor su carencia”, lamentó.

“Ningún triunfo social se logra sin postergar los propios intereses: para tener éxito como país, es necesario dejar de lado muchas pretensiones – aun legítimas – para apostar al bien común. Los primeros que deben hacer esto son quienes nos gobiernan, para así enseñarlo, con la acción y con el ejemplo, a los demás. Es difícil, cuando uno sospecha de sus dirigentes, hacer esfuerzos, dejar de lado las protestas fáciles para comprometerse con el cultivo de las virtudes, con el estudio que ennoblece, con el trabajo honesto y esforzado”, agregó.

 

Sobre la educación

 

Lo más destacable del discurso de Zecca, fue su análisis de la situación de la educación, cuando dijo que: “La educación en Argentina está, cuando menos en ‘emergencia’, por no decir ‘tragedia’”.

"Hay que hablar menos y hacer más" exhortó a los funcionarios y sostuvo que "los retrocesos en los resultados de la Educación (...) comienzan en los hogares y terminan trasladándose a la sociedad".

"Sin un pueblo debidamente educado, sin estímulos para el pensamiento creativo (...) resulta imposible el diálogo social" sentenció el religioso.

 

Otras frases destacadas

 

- “Quisiera recordar a los políticos, a los empresarios, a los sindicalistas, a toda la dirigencia, que el poder tiene, necesariamente, una función social, y que sólo cuando es ejercido desde esa función social que deja atrás intereses personales y partidistas siempre secundarios ante lo que constituye, en definitiva, lo primordial, dicho poder puede tener consecuencias constructivas”.

 

- “Un buen gobierno debe generar las condiciones para que todos los ciudadanos puedan crecer como personas. Se trata de condiciones sociales, económicas, jurídicas y, sobre todo, culturales. Ningún pueblo saldrá de sus dificultades si no toma en serio la educación

 

- “Los ciudadanos deben asumir seriamente su deber de crecer como personas para aportar su cuota al bien común de la Nación. Es necesario recordar que ningún gobierno ni política pública va a hacer lo que a ellos compete”.

 

- “La Iglesia no cesará jamás de exhortar a los argentinos al diálogo, a la reconciliación que todavía nos debemos, al cultivo de una cultura del encuentro. Pero hemos de ser conscientes de que el tan ansiado diálogo social se dará en la medida en que nos acostumbremos a mirar en la misma dirección para alcanzar el crecimiento de esta casa común, que es la Nación, que todos compartimos y de la que somos solidariamente responsables”

 

- “Seremos nosotros la generación que se anime a asumir este gran desafío para la Argentina que soñamos y podríamos realizar?. Dios nos ayude a recoger este urgente desafío y lanzarnos en pos de estos grandes objetivos cuya consecución unifica, reconcilia, hermana y hace dejar atrás rencores y diferencias tan inútiles como estériles, para construir una “casa común”, una Nación de la que todos nos alegremos de formar parte porque nos permite desarrollarnos plenamente como personas y crecer en libertad y fraternidad”.




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