13/02/2018

El mundo

Sacrificaron cientos de monos a causa de la fiebre amarilla

Autoridades del Estado se manifestaron en contra con el argumento de que los animales no son vectores.
Sacrificaron cientos de monos a causa de la fiebre amarilla | El Diario 24 Ampliar (1 fotos)

Los monos fueron asesinados sin ninguna justificación.

Brasil está sumida en una auténtica psicosis por el avance de la fiebre amarilla, que ya se cobró son 98 los muertos en todo el país, además de haber 353 casos confirmados y otros en estudio. El terror se instaló por estos días en Río de Janeiro, donde en las últimas semanas aparecieron 238 monos muertos en lugares públicos.

“La gente tiene que entender que el transmisor de la fiebre amarilla es el mosquito. El mono es una víctima. Y si no hay monos en la naturaleza, los mosquitos buscarán al hombre para alimentarse”, explicó a la agencia AFP Fabiana Lucena, jefa de la Unidad de Medicina Veterinaria Jorge Vaitsman, cerca del centro de Río.

Lucena confirmó que se trató de una matanza y que los monos no murieron por causas naturales, ya que presentaban politraumatismos que dan cuenta de un feroz ataque humano. “El mono es una especie de centinela que nos puede advertir la presencia de la fiebre amarilla en un lugar. Para poner en marcha las campañas de vacunación, es imprescindible saber dónde está la enfermedad, en qué poblaciones, y si eliminan los monos sólo lo sabremos cuando se enfermen o mueran humanos”, destacó la veterinaria.

Pero además, la desmesura de estos ataques no tienen en cuenta un dato para nada menor: la fiebre amarilla es una enfermedad que se restringe principalmente a las zonas boscosas de Brasil. Desde 1942 que no existen registros del ciclo urbano de la transmisión, que ocurre cuando una persona infectada contagia a otra sana.

Los casi 240 cuerpos de monos hallados en la vía pública de Río de Janeiro se suman a otros encontrados en Minas Gerais y San Pablo. El año pasado ya había habido una matanza similar, luego de que en julio comenzaran a conocerse los casos de fiebre amarilla. En aquella oportunidad, más de 600 animales fueron hallados muertos, el 60% de ellos a causa de ataques humanos.

El ensañamiento con el mono, mal considerado por los pobladores como el vector de la fiebre amarilla, obligó a las autoridades a impulsar una campaña de sensibilización que tiene como frase “El mono no tiene la culpa”.




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